La salida de
Rubi y la llegada de un
nuevo técnico ponen el reloj a cero para todos. El que no le valía a uno puede ser clave para otro, si uno buscaba un estilo y un tipo de jugador, el de ahora puede ser más práctico y adaptarse a lo que tiene... Si a eso añadimos que el nuevo técnico llegará para diseñar un nuevo proyecto y lo hará en el arranque de la temporada abre una oportunidad a algunos futbolistas con los que nadie contaba: los cedidos.
Ocho son los jugadores que tiene prestados el
Betis en otros clubes y que, sólo por la excepcionalidad que se vive en la presente campaña, no pertenecen de nuevo en estas fechas a la disciplina verdiblanca. Lo harán a final de mes. Todos, salvo Ismael Gutiérrez -que está cedido en el Alavés hasta 2021-, deben volver este verano.
Y todos los harán con la intención de empezar de nuevo. Algunos con más opciones de quedarse que otros, como
Francis si se va
Barragán y no se logra traer al lateral deseado, o como un
Camarasa que no servía para el estilo de juego que propugnaba el
Betis en los tres últimos años, pero que puede servir para el nuevo que se quiere imponer, el de "la intensidad".
Sanabria lo tiene difícil, pese a que ha ido cogiendo protagonismo conforme pasaba el campeonato y cambiaba mil veces de entrenador. Como también
Ruibal, pese a que ahora cuenta para Aguirre y ha demostrado servir para Primera. O un Narváez al que sólo le quedaría un año de contrato.
Los precedentes no son halagüeños y, como se ha podido apreciar en los últimos años, sólo uno ha vuelto para asentarse en el Betis tras marcharse cedido.
Ésta es su situación y