Nadie en el
Betis, al menos de los que hablaron públicamente tras #ElGranDerbi de este jueves, puso paños calientes a la derrota en el
Sánchez-Pizjuán, considerando tanto Rubi como Alexis o sus futbolistas mejor al Sevilla, así como justo acreedor a la victoria. Sin embargo, les costó más, lógicamente, digerir la acción que supuso el 1-0 de Lucas Ocampos, fruto de un penalti discutidísimo de
Bartra sobre
De Jong que el siempre
polémico Mateu Lahoz señaló sin dudarlo. El
VAR, con el no menos controvertido Estrada Fernández al frente, no vio error manifiesto del árbitro valenciano, considerando seguramente la acción como
interpretable, por lo que imperó el criterio del primero.
Las
quejas, especialmente del protagonista de la jugada en negativo (un Marc Bartra que acabaría amonestado), se centran en que el catalán había ganado la posición al holandés, apoyándose levemente en su espalda, entendiendo todos en verdiblanco que no le golpea violentamente en la
nuca, sino que es un golpeo inevitable y leve. Demasiado '
light', en opinión de la mayoría.
El
enfado del
beticismo se vuelve más grande comparando ese penalti con el no señalado en la primera vuelta sobre
Joaquín, una acción en la que
Diego Carlos también se impone en el salto al capitán heliopolitano, aunque golpea más duro al portuense. Comparando objetivamente ambas instantáneas, es cierto que extraña que no tuvieran el mismo castigo. Por aquel entonces, el canario
Hernández Hernández lo entendió un lance sin más del juego, al tiempo que Medié Jiménez, desde el VAR, tampoco le corrigió.
Aunque las críticas al pobre juego de su equipo acapararon la mayor parte de las interacciones en las redes sociales de los béticos tras el derbi del 11-J, lo cierto es que los montajes con ambas jugadas, la de Bartra sobre De Jong y la de Diego Carlos sobre Joaquín, se viralizaron en la madrugada del viernes, quejándose amargamente en las huestes heliopolitanas del
diferente rasero de los árbitros, que les ha perseguido durante toda la temporada 19/20.