Este viernes se cumple exactamente
un año desde que el
Betis presentó una oferta formal a
Joan Francesc Ferrer, una decisión que cambió el rumbo de los dos equipos, que 365 después
hacen balance.
En el caso de los pericos,
la noticia del interés del Betis en su entrenador cayó como un jarro de agua fría. Apenas dos semanas antes, el cuadro albiazul se había clasificado para Europa League de forma agónica, en el último encuentro de la temporada, y tras un final de campaña casi impecable. Sin embargo, para Rubi,
la propuesta de los heliopolitanos era irrechazable, y hay quien dejó caer que el catalán estuvo avispado y supo abandonar el barco antes de que éste se fuera a pique consciente de que el proyecto para la 19/20 no iba a estar a la altura de las expectativas generadas después de la consecución del billete europeo.
Desde su salida, y al posterior de Borja Iglesias, ídolo en Cornellá-El Prat,
el Espanyol no ha levantado cabeza. Su pésima primera vuelta con la destitución primero de David Gallego y después de Pablo Machín les hundió en la tabla. Su participación en Europa se convirtió en un oasis efímero que duró hasta dieciseisavos de final y ahora, tras el parón, intentarán buscar una salvación que no parece nada fácil.
Aún estando lejos de lo que se esperaba,
algo mejor le han ido las cosas a Rubi en el Betis, si bien, seguro que el de Vilasar de Mar tendría en mente otra forma de celebrar su primer año lejos del Espanyol. Pero en la vida, casi nunca salen las cosas como uno piensa y el técnico va a tener difícil olvidar este 29 de mayo y no precisamente por ser el aniversario de la oferta que le hizo el Betis, sino por otro motivo. Y es que en el entrenamiento matinal de su equipo ha sufrido una
fractura del radio izquierdo de su brazo.Al margen de esta inoportuna lesión, Rubi hasta el parón,
no ha ofrecido el nivel que todos esperaban. Con el equipo clasificado en duodécima posición, y a nueve de la séptima plaza, el técnico del Maresme tiene complicado alcanzar el objetivo para el que fue contratado. Pese a todo,
en el club aún confían en que se repita la historia del año pasado y lleve al equipo a clasificarse para competición continental en las once jornadas que quedan por disputarse.
Sin ser la temporada que todos soñaban en el Betis, los rectores cuentan con él para el próximo año. La crisis derivada del coronavirus
obligará a todos los clubes a apretarse el cinturón y una destitución supondría un gasto extra que no desean asumir. Con todo, su continuidad volverá a ser evaluada después de los once partidos que quedan.