Borja Iglesias afronta la recta final de la competición
con confianza en sí mismo, sabedor de que no ha respondido a las expectativas en cuanto a cifras goleadoras, pero
convencido de que trabaja en buena dirección y que el acierto llegará. En todas las entrevistas, muchas durante el estado de alarma, el gallego incide en esta idea, consciente de que a los delanteros se les juzga sobre todo por sus guarismos de cara a puerta.
"Es difícil porque nuestra vara de medir es el gol igual que para el portero es dejar la portería a cero. Pero somos afortunados, porque si marcas en una situación aislada, al final todo el mundo recuerda que metiste ese gol", apunta el ariete, que, pese a admitir que le ha faltado efectividad, considera
que ha crecido como futbolista en el Betis. " Es verdad que no estoy siendo tan efectivo de cara a puerta y no he tenido tantas ocasiones, pero
me siento mejor jugador que la temporada pasada. He crecido en muchos aspectos del juego. Trabajo para generar más peligro, tener situaciones de gol y acabaré haciendo goles", señaló en la revista 'Esquire'.
Ademñas,
Borja Iglesias confesó que le hace especial ilusión marcarle a un portero en particular, aunque ya no podrá ser en la presente campaña. "Me falta aún por marcar a muchos porteros. He tenido alguna situación especial contra
Courtois, me llevo bien con él. En algunas ocasiones pude hacerle gol y las paró, en otras dieron al palo.
Tengo ganas de marcarle".
También se refirió a cómo ha sido la vuelta al trabajo, bajo el estricto protocolo establecido por LaLiga para evitar contagios de coronavirus. "Es todo raro, con mucho protocolo, normas nuevas, pero contentos de pisar el césped. Nuestro día a día es de mucho contacto, estar juntos y
ahora los ves al lado, pero a tres metros, no puedes darles un abrazo ni pasarles la pelota", señaló el de Santiago de Compostela.
El punta entiende el malestar que puede causar que haya test de coronavirus para los futbolistas y no para muchas personas. "En parte estoy de acuerdo.
Hay gente que está súper expuesta en medidas de sanidad y no han podido pasar las pruebas y me da pena porque su salud es tan importante como la mía. Que el fútbol depende de esas pruebas, pero hay que intentar hacerlo a la mayor gente posible". Eso sí, no le apetece nada tener que hacérselo más veces. "Es un pelín desagradable. No soy de quejarme, soporto bastante el dolor pero es una situación incómoda. Tienes ganas de llorar, estornudar, toser... Lo tendré que pasar varias veces antes de que empiece La Liga, pero no me apetece nada".
En otro orden de cosas, afirma que le gusta intercambiar la camiseta, porque genera bonitos recuerdos, destacando que una de las más especiales lleva el nombre de un compañero actual:
"Cada camiseta es recuerdo de un partido, de un momento. La que intercambié de
Sergio Canales cuando estaba en el Espanyol, saber que la guarda también con cariño... Igual que
Joaquín, Granero o Marc Roca. Es bonito cambiar la camiseta con alguien con quien has compartido vestuario".