La pandemia del
coronavirus ha hecho tambalear los cimientos del mundo del fútbol, amenazando con pinchar una burbuja que, fundamentalmente, se sustenta en los derechos de televisión.
En lo que afecta al
Betis, en Heliópolis han sabido aguantar el chaparrón llegando a un acuerdo con la plantilla para llevar a cabo una rebaja salarial y, de paso, evitar un ERTE que afectaría al resto de trabajadores del club.
Mientras tanto, todos hablan del incierto mercado de fichajes que se avecina y de las dificultades que todos los clubes van a tener a la hora de realizar operaciones multimillonarias como venían acostumbrando. Los fichajes por encima de los cien millones se han acabado en LaLiga, aventuran algunos, mientras que
Tebas, presidente de LaLiga, ya ha avisado de la importancia, ahora, de acudir a la cantera y a los futbolistas cedidos.En Heliópolis, son
seis los jugadores de la primera plantilla del Betis que se encuentran cedidos lejos del Benito Villamarín, aunque la realidad invita a ser poco optimistas al respecto. De hecho, sólo el internacional paraguayo
Tonny Sanabria ha sabido mantener el tipo y, en cierta manera, revalorizarse durante un préstamo que ha estado pleno de altibajos deportivos que, sin embargo, no han acompañado en lo económico hasta que ha arribado la Covid-19. Y es que el coronavirus ha arrasado con las cotizaciones de todos los futbolistas.
Así, aunque
ninguno de los jugadores cedidos por el Betis ha conseguido revalorizarse, Sanabria sí ha elevado su cotización desde que salió del Betis camino del
Genoa, pasando de los siete kilos que presentaba su valor de mercado cuando se marchó en enero del curso pasado hasta los ocho que presentaba justo antes de que arribara la pandemia. Un proceso en el que llegó a alcanzar los diez kilos en marzo de 2019, bajando posteriormente. Ahora, según Transfermarkt, su cotización es de 6'5; ligeramente inferior que cuando se marchó.
Más complicada es la situación de
Camarasa, quien tras un buen curso en la Premier se marchó este verano al Crystal Palace, donde no contó con la confianza de su entrenador. Una primera parte de la temporada en préstamo en la que vio rebajada su cotización en un 50%, pasando de diez millones de euros a cinco. En enero volvió a LaLiga, enrolándose en un Alavés en el que ya había mostrado su mejor versión en España. El coronavirus llegó sin apenas haberle dado tiempo de levantar cabeza, de ahí que ahora su valor de mercado se encuentre en cuatro kilos. Los once partidos que restan por disputarse, sin duda, serán una buena oportunidad para darle un giro a ello.
Junto a Camarasa marchó también al Alavés el canterano
Ismael, en préstamo por temporada y media. Su juventud y falta de minutos han impedido una deflación importante, pasando del millón a los 900.000 euros de valor de mercado. Hay muchas esperanzas puestas en él.
Lo mismo ha pasado con los dos béticos que cambiaron el pasado enero el Benito Villamarín por el Estadio de Los Juegos Mediterráneos,
Francis y Kaptoum. De los 4 kilos con los que comenzaron el curso, pasaron a 3 millones en enero debido a su falta de minutos. En Almería, ahora están tasados en 2'4 kilos.
Mucho más provechosa, en lo deportivo, está siendo la cesión en el Leganés para
Aitor Ruibal, quien está contando de protagonismo con Javier Aguirre.
La opción de compra de los pepineros, en descenso, es de 2'5 millones de euros, por lo que se antoja descabellado que la hagan efectiva, habiendo pasado su valor de mercado de 1'5 millones a 950.000 euros, según Transfermarkt.