El
Real Betis está de aniversario. Este martes,
28 de abril, se cumplen
85 años del título liguero que luce en las vitrinas verdiblancas y que conquistó el club en la temporada
34/35. Un éxito consumado después de ganar, en tierras cántabras, al
Racing de Santander por 0-5 con un 'hat- trick' de
Unamuno y otros dos tantos de
Caballero.
Aquella plantilla,
con Patrick O'Connell al frente del banquillo, se convirtió en el cuarto equipo en proclamarse
campeón de Liga, el primero distinto a los tres clubes que hasta el momento habían monopolizado el dominio en Primera división: Athletic (3), Real Madrid (2) y F.C. Barcelona (1), que se habían repartido los seis entorchados anteriores.
Urquiaga, Areso, Aedo, Peral, Gómez, Larrinoa, Adolfo, Lecue, Unamuno, Timimi, Saro, Caballero, Rancel, Valera y Espinosa firmaron el capítulo más exitoso de la entidad de
Heliópolis hasta la fecha. Una alegría consumada en
Santander que pronto se trasladó al recinto de la
Feria de Abril, pues las pizarras de las casetas se hicieron eco del logro futbolístico para festejo de muchos de los presentes.
Un ambiente festivo que se diluiría totalmente un año más tarde a razón del
desmantelamiento de aquel equipo campeón. El complicado escenario económico tras la marcha del presidente
Antonio Moreno Sevillano obligó al club a vender a tres de sus jugadores, en parte también por un relevo natural por el que se ofreció la
carta de libertad a cuatro de ellos.
Por si fuera poco, también se cruzó en el camino del Betis la
Guerra Civil, que dejó a la entidad sin suficientes efectivos, bien por quedar incomunicados algunos en el norte o bien por la movilización de otros al
frente.
Únicamente
Peral, Valera y Saro sobrevivieron en esa etapa como destacados exponentes de quienes 15 meses antes habían conquistado el primer título de
Liga para los de las trece barras. De hecho, el entrenador
O'Connell acabaría poniendo rumbo al
F.C. Barcelona para poner punto final al episodio más brillante de la historia heliopolitana.
Las consecuencias del
conflicto armado resultaron demoledoras para un
Betis que además cometió el error de regresar a la competición en la campaña 39/40, cuando podría haber requerido la
moratoria que se aplicó a otros clubes cuyos estadios se emplearon para "necesidades de la guerra". El 28 de abril de 1940, el día en que se cumplía un lustro de su título de Liga, el equipo verdiblanco descendió a
Segunda división.