Betis y Villarreal están
condenados a entenderse por Alfonso Pedraza, una especie de 'patata caliente' para ambos el próximo verano. Así las cosas, en Heliópolis habían descartado quedarse con el cordobés, si bien Álex Moreno acumula seguimientos importantes de la Premier y la Bundesliga, al tiempo que Junior ha expresado su intención de no salir de un Barcelona que preferiría incluirlo en la 'operación Lautaro', por lo que en La Palmera optan por pisar sobre seguro y no arriesgar en la búsqueda de dos laterales zurdos, como hace dos ventanas.
Eso sí, cualquier estudio de
la continuidad de Pedraza pasaría por renegociar a la baja la opción de compra recogida en el contrato de préstamo (por 500.000 euros y otros tantos en variables), que se eleva actualmente a 10 kilos, más cuatro en bonus). La idea, obviamente, no hace gracia en tierras castellonenses, donde, en primera instancia, se ciñen a los pactos suscritos. Los asesores del futbolista de San Sebastián de los Ballesteros ya conocen la realidad y están tratando de mediar para encontrar una solución satisfactoria, pues el carrilero quiere seguir en Sevilla, cerca de su familia y en un club con mucha repercusión y margen de crecimiento.
El Villarreal alude a otros pretendientes, como el Benfica (si vende a Grimaldo a la Premier) y el Eintracht de Frankfurt, si bien, con sólo un año más de contrato y la
opción de llevárselo gratis en 2021, difícilmente se alcancen las cifras antes mencionadas. Y menos durante la recesión que se avecina por la crisis del coronavirus de Wuhan.
El jugador
no tiene intención de renovar, pues su retorno al Estadio de la Cerámica, donde le recibieron de uñas en septiembre del año pasado tras confesar en ESTADIO unos días antes que "nunca" se sintió "querido" en Villarreal y que tuvo que "salir para dar pasos" en su carrera (con gritos de "Pedraza, muérete"), sería contraproducente. Ante esta tesitura, salvo que aparezca una oferta cercana a esos 10-15 kilos que espera recaudar por su canterano, los amarillos
podrían verse abocados a negociar ante el riesgo de quedarse sin nada.