La incertidumbre en el mundo del fútbol, lejos de aminorar crece a medida que pasan los días y los escenarios más optimistas tienen que ir adaptándose a una realidad que le muestra lo difícil que será retomar la actividad, al menos antes del verano. Eso deja en una especial incomodidad a los jugadores que terminan sus contratos el 30 de junio, que para colmo ven ahora cómo los sindicatos (FIFPro y AFE, en el caso español) y la FIFA y sus federaciones se tiran trastos a la cabeza y presentan dos puntos de vista totalmente opuestos.
La consecuencia de este desacuerdo es que podría pasar la patata caliente a los jugadores, que en el Betis tiene a Carles Aleñá, Alfonso Pedraza y Antonio Barragán como casos más significativos; sobre todo el centrocampista catalán, quien apenas ha tenido tiempo de lucir como verdiblanco, lo que, como ya informó este periódico, está llevando al club a plantearse si intenta o no prorrogar la cesión por parte del FC Barcelona.
Ésta, en teoría, expiraba el 30 de junio. Sin embargo, el devenir de los acontecimientos han dibujado un nuevo escenario. Aleñá es del gusto del Quique Setién, pero antes de volver habría que saber si el cántabro continuará en el Camp Nou y qué rol le tendría reservado en el equipo; pues 'comer' mucha grada en los dos últimos años, el de Mataró no está por la labor de seguir igual y, en principio, tampoco de ser moneda de cambio en alguna operación (le ofrecieron, entre otros culés, al Inter para rebajar el precio del delantero argentino Lautaro Martínez).
El Betis augura que deberá fichar en su posición, donde el recién renovado Andrés Guardado es de los pocos que tienen sitio fijo. Algunos como Sergio Canales y William Carvalho manejan ofertas y otros como Javi García no están jugando nada y podrían salir también.
El mercado no va a resultar nada sencillo, pues estará repleto de condicionantes y trabas de todo tipo, sobre todo económicas. Por eso, cada vez consideran menos descabellado alargar la estancia en Heliópolis de un Aleñá que, mientras todo estos se resuelve, aprovecha para echar raíces en la Ciudad del Betis.
"El día más feliz de nuestras vidas". Sin conseguir ocultar su emoción y alegría, el futbolista compartía en redes sociales la noticia de que ha sido papá de un niño que ya le va unir para siempre a la capital andaluza. Su pareja, Ingrid Gaixas, dio a luza el pasado martes al primer hijo de ambos, que se llama Luca.
Independientemente de que el Betis se mueva para retenerle o no y de que el Barça acepte o rechace una prórroga de la cesión, si el máximo organismo de este deporte se sale con la suya, la recién ampliada familia Aleñá se quedará en Sevilla más allá del 30 de junio.
LA FIFA, en una reunión de su Consejo, acordó ayer una serie de propuestas para afrontar las consecuencias del COVID-19, entre las que se propone que los contratos se “amplíen” hasta la conclusión real de la temporada, que clubes y futbolistas "colaboren" para llegar a acuerdos y encontrar soluciones durante el periodo de suspensión de la actividad futbolística, al tiempo que anunció que será "flexible y permitirá el aplazamiento de las ventanas de transferencias" para que se emplacen entre el final de la temporada actual y el inicio de la próxima.
Es decir, lo que propone es que Aleñá -y el resto de jugadores que están en su situación- se queden en su club actual hasta que la temporada se pueda dar por finalizada; algo que no están dispuestos a aceptar desde los sindicatos de futbolistas.
La AFE ya ha dejado muy claro que no comparte la visión de la FIFA y las distintas federaciones y recomienda a los clubes que negocien cada caso de manera individual con los afectados. Entiende que hay unos derechos de los trabajadores que habrá que respetar salvo acuerdo entre las partes y que, por lo tanto, no se puede aplicar una renovación de contratos generalizada. Es más, AFE lamentó "el tono de la reunión" de este miércoles: "Se hizo un ataque directo al trabajo de este sindicato", denunció.