El Betis aprovecha este 'impasse' obligado por la crisis del coronavirus para avanzar, cada uno desde su domicilio, en
la planificación de la próxima temporada. Como ya se avanzó en estas páginas, los miembros de la secretaría técnica han marcado determinadas demarcaciones como prioritarias,
empezando por los laterales, ya que, en el derecho,
Barragán acaba contrato y
Emerson afronta el que, previsiblemente, será su último curso en verdiblanco antes de marcharse al Barcelona, al tiempo que, en el izquierdo,
la Premier y la Bundesliga tientan seriamente a Álex Moreno, cuyo futuro, así como el de Junior en la Ciudad Condal, condicionarán seriamente la decisión sobre
Pedraza, cedido con opción de compra (de 10+4 millones de euros) por parte del Villarreal.
Pero no sólo en los flancos se espera una mini revolución, sino también en otras zonas donde se han observado, hasta el momento en que se interrumpió abruptamente la competición, carencias importantes. Una de ellas es
la portería, donde Joel aprueba hasta la fecha sin grandes alargas (con más luces que sombras, eso sí), pero sin competencia real por parte de un
Dani Martín realmente decepcionante en sus escasas apariciones, más allá de la coartada de su inexperiencia en la elite nacional.
Sea como fuere, el análisis de daños, por llamarlo de alguna forma, se encuentra todavía en un estado embrionario. Se suceden los contactos entre
Alexis Trujillo y sus dos colaboradores más directos,
Ángel Luis Catalina y Jesús Sánchez, plasmándose estas conversaciones telemáticas en unos informes que habrían llegado, para su estudio y criba, a la comisión deportiva.
En este punto, con todas las reservas del mundo, se puede afirmar que
el consenso bajo palos 'fala português' en Heliópolis. Y es que dos de los que más gustan nacieron en el país vecino y se incluyen en el perfil deseado: con tanto presente como futuro, de buena talla, con un correcto manejo de los pies y con carácter. Se trata de
Rui Silva (ahora en el Granada) y
José Sá (propiedad de Olympiacos).
Al primero se le sigue desde finales del curso pasado. No en vano, fue uno de los pilares del retorno nazarí a Primera división, encajando
sólo 27 goles en 40 partidos (18 de ellos, dejando la puerta a cero). Nacido en la localidad porteña de Mai y con 26 años recién cumplidos, Rui Tiago Dantas da Silva se ha adaptado perfectamente a la máxima categoría de la mano de Diego Martínez, si bien ya conocía la Liga NOS cuando defendió los colores de Nacional de Madeira. De 1,91 y zurdo, ha sido internacional en las tres últimas categorías inferiores de la selección portuguesa, para cuya absoluta suena con fuerza.
Con una
cláusula de 15 millones de euros, pero vinculación únicamente por una temporada más, el Granada pretende renovarlo, aumentando su sueldo y el precio de su libertad, una vía que gusta a sus asesores. Uno de ellos confiesa a
ESTADIO Deportivo que no tienen
"nada concreto con el Betis", recordado que "Rui tiene contrato en vigor con
el Granada, que desea ampliarlo". En esta línea, desde la capital nazarí admiten el seguimiento verdiblanco, como de otros muchos equipos de
Portugal, España, Inglaterra y Alemania, que se han acreditado esta temporada a tal efecto, aunque también la firme intención de convertir a Rui Silva en baluarte del próximo proyecto de los rojiblancos en Primera, todavía con devenir incierto.
De atrás viene también la monitorización de
José Pedro Malheiro de Sá. Natural de Braga y con 27 años igualmentre recién cumplidos, se formó en dos clubes modestos de su región (Palmeiras y Merelinense), antes de que probar en los filiales de Benfica y Marítimo, desde donde dio el salto al Oporto, brillando primero en el filial. Los 'dragoes' lo vendieron en 2019 al Olympiacos por
2,5 millones de euros, asentándose en las filas rojiblancas. Con 192 centímetros de altura y
contrato hasta 2023 en El Pireo, ya se puede considerar internacional absoluto con Portugal, después de ser fijo en sus inferiores, aunque la realidad es que sólo ha sido suplente de Rui Patrício y espera aún su estreno.
Su precio, como el de Rui Silva, difícilmente bajaría de 10 kilos, mientras que no participar en competiciones europeas en un hándicap para convencerle. Su compañero y amigo
William Carvalho habla maravillas de él y a él del Betis.