El único antecedente del derbi sevillano a puerta cerrada fue el 20 de marzo de 2007, cuando Betis y Sevilla jugaron la reanudación de la vuelta de esta eliminatoria copera suspendida el 28 de febrero de ese año tras ser alcanzado por un botellazo el entonces entrenador sevillista, Juande Ramos.
Por esta acción, el Betis fue sancionado con tres partidos de cierre del Benito Villamarín, entonces denominado Manuel Ruiz de Lopera.
El próximo domingo se repetirá esta imagen casi inédita cuando ambos conjuntos se enfrenten a las 21.00 horas en un estadio Ramón Sánchez Pizjuán vacío una vez que Laliga ha comunicado la decisión de que se jueguen las dos próximas jornadas a puerta vacía tras recibir la información del Consejo Superior de Deportes.
Tras la disputa del Sevilla-Betis en el Sánchez Pizjuán, el conjunto sevillista jugará a puerta cerrada la siguiente jornada, el domingo 22 de marzo, ante el Levante en el Ciudad de Valencia y el Betis hará lo propio ese mismo día en el Benito Villamarín ante el Granada.