Rubi vuelve a tener la espada de
Damocles colgando sobre su cabeza. El entrenador volverá a jugársela con rivales de mucho peso y, aunque en la entidad suelen apostar por la paciencia, sí que ya se mira al futuro pensando en el próximo inquilino del banquillo del
Villamarín.
En la entidad tienen claro que, si finalmente hay un relevo, éste
no debe hipotecar la planificación de la próxima temporada. Entonces, el abanico puede ser más amplio que ahora, y en
Heliópolis prefieren no cerrarse puertas antes de tiempo. De ahí que
en la planta noble apuesten por que el equipo reaccione y Rubi pueda, al menos, acabar la temporada. En caso contrario, la opción de un interino como
Juan Merino permitiría abrir un periodo de reflexión para la próxima temporada.
De momento, lo que
se debate en el seno del consejo es el perfil del que debería ser el nuevo entrenador. Existe una
división entre los que abogan por una
línea continuista a la que representan Quique
Setién y el propio
Rubi, y los que se decantan por
un tipo de técnico más pragmático, que prime el resultado por encima del juego y que maneje más registros.
En el argumentario de los primeros figura como idea principal que, de virar el rumbo,
se tirarían por la borda tres años de trabajo para confeccionar una plantilla que se siente más cómoda con la propuesta actual. El problema es que, actualmente, en LaLiga hay pocos entrenadores ‘setienistas’. Apenas
Celades o Imanol en Primera división y
Guti o Míchel en Segunda.
Fuera de España habría que buscar opciones más experimentales, como las que sonaron en verano:
Xavi o Henry. En el mercado también hay técnicos como
Jardim, Van Bommel, Sampaoli o Di Francesco que, con sus matices, tienen todos el fútbol ‘propositivo’ como ideario principal.
Más opciones pueden presentar los apostantes por el pragmatismo. Estos días trascendía que
Marcelino es uno de los nombres consultados. Más allá de que el asturiano esté disponible -lo quiere el Milan-, es el tipo de entrenador que ‘garantiza’ resultados.
En LaLiga, técnicos como
Bordalás o Diego Martínez -alumno aventajado de
Unai Emery- destacan por sus resultados por encima de su propuesta futbolística, que puede tener más o menos adeptos.
Javi Gracia, actualmente libre y en el pasado en la agenda verdiblanca, o el ex de Huesca y Almería
Francisco Rodríguez estarían a medio camino entre un tipo de entrenador y el otro.