Jugador profesional de fútbol, sacerdote, empresario y ahora, candidato a la alcaldía de un municipio en Indonesia. El español nacionalizado indonesio
Carlos Melgares Varón sueña con entrar en la política del país asiático y completar un currículum inverosímil.
En su oficina en Yakarta, Melgares,
granadino oriundo de Guadix, recibe a
Efe tras atender una llamada telefónica en indonesio, un idioma que habla con fluidez ya que
lleva más de dos décadas en el país asiático y está casado desde hace más de diez con una mujer batak, con quien tiene dos hijos.
El español, de 56 años,
aspira a ser candidato por el partido Nacional Demócrata (Nasdem) para el municipio de
Samosir, que comprende la isla volcánica del mismo nombre y parte del litoral del lago Toba, en el norte de la isla de Sumatra, y corazón cultural del pueblo batak.
De lograr la alcaldía, asegura,
se convertiría en el primer occidental nacionalizado en gobernar un municipio en la diversa nación-archipiélago de más de 265 millones de habitantes, donde existen grandes desigualdades socioeconómicas.
"Me mueve la preocupación de ver a un pueblo que tiene una riqueza enorme, que es el lago Toba, pero que se la están comiendo, l
a están masacrando los ricos y las empresas, y la población no recibe nada", dice.
Por el momento, el andaluz tiene que esperar la decisión del aparato central del partido en marzo para saber si será designado entre varios aspirantes como el candidato único para los comicios municipales que tendrán lugar el próximo septiembre.
Melgares
ya intentó presentarse sin éxito en 2015 como candidato para Samosir de la mano del Partido Democrático de Indonesia por la Lucha (PDI-P), el del presidente indonesio Joko Widodo, por lo que asegura que si no lo consigue este año será su último intento.
Como empresario,
el español coordina su trabajo al frente de una compañía indonesia de recursos humanos, la filial de la Universidad Católica de San Antonio de Murcia en el país asiático y la Federación de Atletismo nacional, donde ayuda con la capacitación de entrenadores.
Durante la entrevista, el granadino se muestra relajado, quizás acostumbrado a hablar con los medios nacionales, que han escrito
multitud de titulares aludiendo a su origen extranjero y sus años como futbolista en el Real Betis Balompié.
Rafael Gordillo fue uno de sus compañeros en el Betis y una de las personas "que te dejan huella", pero una lesión truncó su carrera deportiva a los 23 años y terminó encontrando la vocación religiosa un año después, hasta que colgó el hábito en 2007.
Sin embargo,
Melgares rehuye de la etiqueta de exfutbolista, ya que "no da una información concreta, real, global, de quién es Carlos", algo parecido a lo que piensa del adjetivo "bule", con el que llaman los indonesios a los extranjeros de raza caucásica.
"Empiezan a decir una persona que no ha nacido en Indonesia, una persona bule, una persona que seguramente va a traer gente de fuera y nos va a robar, se crean una serie de elementos para hacer que la población tenga miedo", lamenta el español.
El pueblo batak, de mayoría católica en un país donde el 88 % son musulmanes, son conocidos por ser directos y francos, trabajadores, viajantes y por su
particular jerarquía social organizada en clanes según los apellidos.
"Son más andaluces", bromea entre risas el español, que tiene dos apellidos batak, uno que recibió tras casarse con su mujer y otro otorgado por uno de los clanes.
Consciente de que las tradiciones serán uno de los aspectos por los que será criticado, el exsacerdote ha hecho de la reivindicación del patrimonio cultural batak uno los puntos principales de su propuesta electoral, junto a la defensa del medioambiente y la reforestación y limpieza del lago Toba.
A pesar de su variada labor empresarial,
su aventura en la vida política indonesia, puede ser su mayor reto, ya que afirma que perseguirá la corrupción y no entrará en el extendido sistema de compra de votos que existe en el archipiélago.
"La política es dinero, si tienes dinero puedes presentarte, si no tienes dinero, aunque tengas un concepto que realmente puedes explicar a la población, jamás te aceptarán o serás elegido, no la población, si no el propio sistema político", indica.
El español reconoce
cierto idealismo en su proyecto pero también asegura que está siendo "bien aceptado", según los comentarios de la gente que recibe en Samosir