El Betis se va de vacaciones sin cumplir las expectativas

El Betis se va de vacaciones sin cumplir las expectativas
El Betis se va de vacaciones sin cumplir las expectativas. - Antonio Gutiérrez
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El Betis cerrará 2019 sin cumplir las expectativas para esta temporada, en la que se hizo cargo del equipo Joan Francesc Ferrer 'Rubi' con el objetivo de tenerlo en la lucha por los puestos europeos, de los que está a siete puntos en la decimotercera posición de la tabla en LaLiga.

Después de coquetear, incluso, con los puestos de descenso, lo que cuestionó la labor del técnico barcelonés y su posible marcha, un paso a frente en las últimas jornadas ha mejorado la situación pero el balance en lo que va de ejercicio no es bueno.

A falta de una jornada para que concluya la primera vuelta, con dieciocho partidos disputados, ha ganado solo seis, con cinco empates y siete derrotas, y con 25 goles a favor y 31 en contra, datos no esperados para un club que la pasada semana anunció un presupuesto para la temporada 2019/2020 que ronda los 160 millones de euros.

Los síntomas de recuperación dejan, no obstante, algo de optimismo en el seno de la entidad, ya que el equipo encadenó cuatro jornadas sin perder -tres triunfos y un empate- truncadas por la derrota de este domingo ante el Atlético de Madrid (1-2), aunque los de Rubi tutearon a los del argentino Diego Simeone y pudieron haber conseguido otro resultado.

Ahora la plantilla descansa hasta el próximo lunes 30 de diciembre, día en el que empezará a preparar el último partido de la primera vuelta, fijado para el 5 de enero en el campo del Alavés, convencida de que el nuevo año vendrá acompañado de buenos resultados, como aseguró el propio Rubi una vez concluido el partido ante el Atlético.

En esa segunda fase del curso, a la que accede el Betis también metido en la Copa del Rey tras superar con solvencia la primera eliminatoria ante el Antoniano, equipo sevillano de la Tercera división, Rubi deberá confirmar que llegó al club verdiblanco para retomar el proyecto de crecimiento del equipo y devolverlo a las competiciones europeas, en las que no está este curso después de un discreto ejercicio que acabó con la etapa de Quique Setién en el banquillo.

También se fue Lorenzo Serra Ferrer, que, como Setién, cumplía su segunda temporada como vicepresidente deportivo, y para dirigir al equipo se depositó la confianza en Rubi después de que destacara en el Espanyol la pasada campaña y dejara el conjunto barcelonés clasificado para la Europa League.

La plantilla se vio mermada desde el comienzo por las marchas del portero titular, Pau López, también del lateral izquierdo Júnior Firpo o el centrocampista argentino Giovani Lo Celso, pero la inyección económica recibida por estas operaciones se tradujeron en llegadas.

El internacional francés Nabil Fekir, el delantero Borja Iglesias o el lateral Álex Moreno fueron algunos refuerzos reconocidos, al igual que el delantero Juanmi Jiménez, aunque éste prácticamente inédito debido a una lesión. Ellos, unidos a los que se quedaron, como los centrales Marc Bartra y el argelino Aïsa Mandi, el centrocampista portugués William Carvalho, el medio mexicano Andrés Guardado, el mediapunta Sergio Canales o el extremo Joaquín Sánchez, formaron una plantilla ilusionante.

Pese a ello, la adaptación a los sistemas de Rubi y lagunas en la disposición defensiva, propiciaron un primer tercio de temporada pobre que se ha empezado a superar y que se pretende que tenga continuidad con el nuevo año en busca de los puestos nobles de la clasificación.