La temporada del
Betis no está respondiendo a las elevadas expectativas que se habían generado en verano, cuando, a la decepción que supuso la no clasificación para competición europea al final del curso anterior y la marcha de
Lorenzo Serra Ferrer, le siguió una renovada ilusión tras la llegada de refuerzos de la talla de
Fekir o Borja Iglesias.
Con Rubi al frente, el equipo encaraba un nuevo proyecto que no comenzó del todo bien con
la derrota en el primer encuentro de Liga ante el Valladolid. Sin embargo, la afición verdiblanca sí que estuvo a la altura y respondió con la mejor entrada de la temporada hasta el momento para ver la puesta de largo del equipo:
51.497 espectadores presenciaron el encuentro ante los pucelanos.
Se mantuvo el listón por encima de los
47.000 en los encuentros ante el Leganés (47.819) y el
Getafe (47.884) y descendió ligeramente hasta los 44.560 ante el
Levante, para volver a la barrera de los 47.056 en el último encuentro ante el
Eibar.
La media, de 47.763 espectadores, lo convierte en
el cuarto estadio de LaLiga que más espectadores ha albergado hasta el momento, sólo superado por los 'mega' estadios del
Barcelona, el Real Madrid y el Atlético, con capacidad para 99.354, 81.044 y 68.456, respectivamente.
De esta forma, el
Camp Nou ha acogido de media 78.106 espectadores, por los 62.670 del
Bernabéu u ñps 59.352 del
Wanda. En ningún otro estadio de LaLiga ha habido más espectadores que en el Villamarín, que, además, ha subido su promedio con respecto al del año pasado.
Si a lo largo de toda la 18/19 el coliseo de La Palmera registró una entrada media de
44.525, en las ocho primeras jornadas ha ascendido hasta los 47.763. Esto es, el Betis acoge de media 3.000 espectadores más por partido que el año anterior, un incremento significativo y que pone de manifiesto la fidelidad de una afición como la verdiblanca, que hace suyo
el lema 'manque' pierda.