La semana que viene debe haber ya una '
fumata' verdiblanca sobre el nuevo entrenador, aunque en la comisión deportiva insisten, al ser cuestionados al respecto, en que no van a tener prisas en la que, sin duda, es la decisión que vertebrará la planificación de la temporada 2019/2020.
Ángel Haro, José Miguel López Catalán y Lorenzo Serra Ferrer escudriñan desde hace semanas una lista de candidatos que ha ido variando mínimamente en los últimos días, acaso con alguna negativa o con el descarte obligado de quienes enarbolan un caché desmesurado para las arcas verdiblancas.
Por otra parte,
casi todos los ofrecimientos se han omitido o aparcado, si bien han aparecido en escena nombres interesantes que se están teniendo en cuenta, incorporando a su respectivo 'dossier' los máximos informes posibles. Los hay que hasta logran integrar la 'short list' de la que saldrá el sustituto de
Quique Setién, con el que se consensuarán aspectos como la configuración de la pretemporada y otros más cruciales, como los referentes a los fichajes y la 'operación salida'.
Desde la planta noble del
Benito Villamarín guardan con celo la identidad de la terna que ha arribado con más opciones a la recta final del casting, aunque el propio presidente bético ofrecía indicios sobre el proceso en su reciente intervención radiofónica en
Onda Cero: "Hay una lista corta, pero decidido totalmente no está. La secretaria técnica propone una lista de entrenadores y vemos los pros y los contras, porque nada funciona de forma unipersonal; la comisión deportiva es un equipo más, en el que coincidimos en muchas cosas y en otras no. La decisión es de todos. No tiene por qué ser necesariamente alguien con ascendencia del
Barcelona. Puede ser cualquiera que se amolde a lo que queremos que sea, un entrenador de proyecto; no queremos cambiar de entrenador cada cierto tiempo. Un entrenador que sepa dónde viene y con muchas ganas de trabajar. No nos preocupa que sea muy conocido, sino que sea un entrenador que estemos a gusto con él, que siga con una filosofía parecida a la que tenemos. Contamos con jugadores de calidad y no podemos cambiar de sistema de una manera radical. Cada entrenador tiene su seña de identidad, pero buscamos un equipo que juegue bien, toque el balón y haga un juego parecido al que tenemos".
No obstante, habría que considerar la posibilidad de que
Haro haya jugado un poco al despiste, pues para la sucesión en el banquillo se han tenido y se están tomando en cuenta nombres prestigiosos. Así deben tildarse los de los franceses
Rudi García y Claude Puel, así como el de
Julen Lopetegui, para muchos todavía esa 'opción A' que habría pedido unos días al
Betis para pronunciarse sobre su propuesta de tres años de contrato. Este domingo, 'As' y 'Diario de Sevilla' encartaban a
Laurent Blanc, que lleva tres años en el paro y, según fuentes cercanas al de Alès, está deseando volver a entrenar. Su altísimo caché y la nutrida competencia por sus servicios constituyen los principales hándicaps, pues el ex seleccionador galo suena para dirigir a clubes punteros tanto de su país como del extranjero.
Para añadir ingredientes 'gourmet' a la coctelera,
desde Inglaterra apuntaban ayer a un doble movimiento heliopolitano, con el prestigio como ingrediente destacado. Y es que el tabloide británico 'Mirror' sostiene que
Serra habría contactado con Rafa Benítez para proponerle que regresara a
LaLiga para llevar de nuevo al
Betis a competiciones europeas, si bien el preparador madrileño, que acaba contrato con el
Newcastle después de algo más de tres temporadas al frente de las 'Urracas'. Según la misma información,
Benítez habría declinado el ofrecimiento verdiblanco, pues no descarta seguir en la entidad blanquinegra, amén de contar con posibilidades más jugosas e interesantes en el plano deportivo, con lo que las miras béticas se habrían dirigido ya hacia
Thierry Henry.
Ayudante de otro que gusta sobremanera en la
Avenida de La Palmera, Roberto Martínez, en la selección belga -el ilerdense tiene contrato allí hasta la
Eurocopa de 2020-, al otrora artillero del
Barcelona no le ha ido bien en su aventura en solitario al frente del
Mónaco, pero promulga un estilo de fútbol que supondría una continuidad bien recibida.
Una apuesta arriesgada. Un todo o nada.