Aunque parezca increíble conociendo los antecedentes en el banquillo del
Real Betis Balompié, es posible que
Quique Setién cierre el año con peor promedio de victorias que sus antecesores,
Gustavo Poyet y
Víctor Sánchez del Amo.
Actualmente, el conjunto verdiblanco acumula
cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria en liga, limpiando su imagen únicamente con el buen papel realizado en
Europa. Y aunque esto no sea nada nuevo (ya en la temporada pasada los meses de octubre y noviembre fueron bastante negros con resultados muy negativos y una sangría de goles sin precedentes), a los béticos se les inunda el cuerpo de
malas sensaciones debido a los
desilusionantes resultados cosechados en las últimas fechas si comparan los proyectos deportivos.
El de Setién, a priori, y por cómo acabó la campaña anterior con la clasificación a Europa, es un
proyecto mucho más atractivo, con una propuesta de
fútbol combinativo que es muy del gusto tanto del aficionado bético como de la directiva. Sin embargo, los resultados no están acompañando a
comienzo de temporada, por lo que rápidamente aparecen las dudas y críticas por parte de una afición cansada de alentar a su equipo para no obtener
gloria. De los
15 encuentros oficiales que ha disputado el Betis hasta la fecha, los de Heliópolis solo se han llevado la victoria en
seis ocasiones, siendo la mitad cosechadas en Europa y en la Copa del Rey. Algo que deja al Betis de Setién lejos de los puestos deseados en la clasificación liguera
(14º) , y muy en entredicho la propuesta futbolística del cántabro para alcanzar los objetivos (solo un
47% de victorias con muchos más partidos que sus predecesores).
En detrimento suyo están los datos de Poyet y su sucesor en el banquillo Sánchez del Amo en la
2016-17. El uruguayo llegó con la idea de crear un proyecto a largo plazo que a las primeras de cambio se truncó. Con un
promedio de victorias del 27% (3V, 2E y 6D), el fútbol pobre y el ambiente de crispación se instalaron en el
Benito Villamarín durante su estancia en el club de las treces barras. Decisiones como la constante suplencia de
Dani Ceballos y los continuos malos resultados (
14º clasificado también, pero solo
dos puntos por encima del descenso) provocaron que a principios de noviembre la directiva decidiera destituirlo. Para reemplazarlo se eligió a Víctor. Un hombre tranquilo,
conocedor de la liga española y que mejoraría el ambiente y las prestaciones de una plantilla con mayor potencial del que había mostrado. Y así lo hizo. El técnico español consiguió sacar a flote al equipo verdiblanco y lograr
la salvación matemática varias jornadas antes de la conclusión de la temporada (
30% de victorias con 8V, 5E y 14D). Sin embargo, el estilo no era el más llamativo y ni los seguidores ni la cúpula bética confiaron en alargar el proyecto.
En definitiva, debido a la
total confianza depositada en la idea de fútbol que tiene Quique Setién, tanto él como su cuerpo técnico deben darle una
vuelta de tuerca al modelo para sacar el máximo provecho de su plantilla y no acabar cometiendo los mismos errores que ya cometieron los entrenadores pasados que le condenarán a tener peores estadísticas que ellos. Este jueves tiene la
primera oportunidad en el camino en el partido correspondiente a la 4ª jornada de la fase de grupos de la
Europa League ante el
AC Milan. Partido clave para encarrilar la clasificación y ganar confianza de cara al complicado encuentro liguero ante el
Barcelona.