Ya advertía
Lorenzo Serra Ferrer a primera hora de la tarde de ayer, durante la presentación de
Marc Bartra, que no había margen de maniobra prácticamente para la sorpresa -“el día está avanzado y es difícil; estamos contentos con la plantilla”-, si bien su media sonrisa en sala de prensa ante las preguntas de los periodistas y su confesión en la víspera a algunos aficionados que acudieron al Aeropuerto de San Pablo a esperar al central catalán invitaban a pensar en que, como poco, intentaría conseguir la ‘guinda’ para su proyecto, una ‘ganga’ de última hora que ilusionara un poco si cabe al beticismo para lo que resta de temporada. Hubo amagos, pero, más allá del intento por oficializar la renovación de
Fabián, el ‘deadline’ se anticipó varias horas en las oficinas de Heliópolis.
Por ende, con la llegada de
Bartra y la salida de
Tosca, el Betis dio por cerrada su plantilla hasta final de la 17/18, pues no surgió esa oportunidad de mercado irrechazable que encajase en los parámetros verdiblancos. Pudo ser la del madridista
Marcos Llorente, porque, como
ESTADIO Deportivo informara hace unos días, Serra había vuelto a preguntar en la capital de España por la situación del centrocampista blanco. Ayer,
‘Diario de Sevilla’ insistió en ese interés desde la planta noble del Benito Villamarín por el pivote. Se conocía la dificultad de la operación, pues
Zidane no suele dejar salir a nadie en enero, además de que el canterano merengue contaba con numerosos pretendientes si se decidía a emigrar de nuevo, con el Alavés, donde descolló el curso pasado, el primero de la lista y enarbolando cierta prioridad moral.
Con el último desembolso realizado, al
Betis apenas le quedaba una mínima cantidad en la partida monetaria destinada a la plantilla, que le llegaba para afrontar una cesión, a lo sumo con opción de compra a final de temporada, de ahí que diese por cerrado pronto el mercado de invierno. Pero siempre podía aparecer ese ansiaga ‘caramelo’ para rematar un mes frenético, especialmente en sus postrimerías.
MovimientosA las puertas del Coliseo de La Palmera, todo sea dicho, llegaron varios ofrecimientos de última hora. Así, según ha podido saber este periódico,
Andreas Samaris era uno de ellos. El mediocentro griego del
Benfica está jugando poco con las ‘Águilas’ y veía con buenos ojos una cesión para tener más minutos. Sin embargo, el Betis rechazó esta proposición, ya que consideraba que no reúne el perfil que necesita ahora mismo
Quique Setién. Pero, aprovechando los contactos con las ‘Águilas’,
Serra Ferrer preguntó por otro jugador encarnado que sí gusta sobremanera en Heliópolis. En este sentido, ED ha podido contrastar que la opción del delantero mexicano
Raúl Jiménez estuvo sobre la mesa.
El ariete ex colchonero está jugando menos minutos de los deseados en Portugal, casi siempre como revulsivo, por lo que ve cómo puede peligrar su presencia en el Mundial del próximo verano. Por ende, era partidario de salir, más aún si es para jugar en España. La situación de
Raúl Jiménez, al que trataron de repatriar sin éxito desde su país, es idéntica a la de
Miguel Layún, mexicano, con necesidad de jugar y con una excelente relación con
Guardado, capitán de su selección. Sin embargo, el
Betis se encontró con la rotunda negativa del
Benfica.Pese a su rol, el conjunto lisboeta no estaba por la labor de dejar ir al ‘9’ a préstamo, ya que entendía que puede aportar al grupo dirigido por
Rui Vitória, y la única opción para su salida sería pagando un traspaso. Y no cualquier traspaso, pues los lusos pedían una cifra cercana a los 22 millones de euros que pagaron al
Atlético de Madrid en el verano de 2015, por lo que esa vía era prácticamente muerta desde su inicio.