Aunque desde el entorno de
Mario Pasalic aseguraban la semana pasada a
este periódico que volver a
España era su
prioridad y que no tenía intención de irse cedido al Spartak de Moscú (el único dispuesto a pagar íntegra su ficha de 2,5 millones de euros), el Chelsea podría haberle impuesto esta salida para sellar su ampliación de contrato, ya que los dueños de ambos clubes (Leonid Fedún y Roman Abramovich) son amigos.
Eso, al menos, se desprende de la información que publica anoche
Sky Sports, que anuncia la firma de la
renovación por parte del medio croata por
dos campañas (acababa en 2019, no el año próximo, como se había publicado) y su préstamo al conjunto ruso. Pasalic, por su parte,
había acordado verbalmente con Serra Ferrer que presionaría para ser bético.