La primera participación del Leganés en la elite del fútbol español ha deparado un sinfín de altibajos en Butarque. Ninguna sorpresa para un equipo hecho de retales y de la columna vertebral del que logró el histórico ascenso a Primera, pero que ha sabido conjuntar muy bien Asier Garitano. Un técnico valiente y versátil que ha demostrado una inteligente gestión de recursos en pos del complicado equilibrio.
Le resultó más sencillo con el 1-5-4-1 que exhibió varias veces este curso, pero la escasa productividad ofensiva (dado el bajo nivel de sus delanteros) ha derivado en un sistema más común, el 1-4-2-3-1. Buscan los 'pepineros' normalmente el contragolpe y las transiciones largas, fruto casi siempre de los réditos que otorga su eficaz presión alta y la solidaridad de sus hombres en todas las facetas del juego.
Practica el Leganés un fútbol dinámico y vistoso, dado que se trata de una escuadra intensa y con mucha movilidad, especialmente en campo contrario. Vertiginoso por fuera (con El Zhar, Szymanowski o Machís), Guerrero aguanta bien la pelota de espaldas, al tiempo que el hoy ausente Mantovani y Rico generan peligro por alto a balón parado. Con todo, el corazón será el principal motor de los albiazules, que sólo han ganado uno de sus últimos seis partidos. Necesitan otro triunfo.