Titular indiscutible en sus dos primeras temporadas en el Betis (en las que jugó 65 de 80 partidos posibles), a
Bruno González le ha tocado este año asumir un papel secundario y partir como
teórico suplente tanto para Gustavo Poyet como con Víctor Sánchez del Amo.
Todo ello, a pesar de que el técnico madrileño le ha dedicado mimos en los últimos entrenamientos y de que los números se han aliado en su favor y se han convertido en un poderoso argumento para pedir más protagonismo para el ‘4’ en las alineaciones verdiblancas.
No en vano, en las 14 jornadas que el tinerfeño se ha perdido,
el Betis sólo ha ganado dos (el 14 por ciento), con cuatro empates y ocho derrotas; mientras que en los 11 en los que ha estado sobre el campo,
el equipo ha vencido en cinco (un 45%), con dos empates y sólo cuatro perdidos. Además, con Bruno, el Betis ha encajado 15 goles en esas 11 citas, es decir,
1,4 por partido, y sin él ha recibido 26 en 14 duelos, lo que ofrece una media de
1,9 tantos por choque.
Estos guarismos hablan a favor de que el de Las Galletas
tenga opciones de entrar en las rotaciones que se esperan en una semana clave para los de las trece barras, que tras caer el viernes ante la Real, afrontan
dos duelos vitales para alejarse de la zona caliente de la tabla: el del miércoles, el aplazado ante el Depor en Riazor, y el del domingo en el Santiago Bernabéu.
Cabe recordar que Bruno
tuvo sobre su mesa ofertas en firme, tanto en verano como en el pasado mercado invernal. En agosto, fue Poyet el que le cerró la puerta y comenzó alineándole de titular y, en enero, fue Víctor el que le convenció para seguir. Sin embargo, mantiene fijos a Mandi y Pezzella, promocionó a José Carlos, fichó a Tosca...
y Bruno aún espera su momento.