Cosas del deporte, el tobogán de la vida, caprichos de mercado y la clásica avaricia de un poderoso, siempre con ganas de arrebatarle al pobre lo poco que le luce, el karma y la teoría de la cabeza del ratón y la cola del león... Hay muchas maneras de contar la historia, pero la más corta, certera y alejada de interpretaciones es la siguiente:
El Valencia Basket le quitó al Real Betis Baloncesto su estrella el pasado mes de enero, en una venta que indignó a la afición verdiblanca y al entrenador Luis Casimiro y, sólo cinco meses después, ha ejecutado una cláusula compensatoria para rescindir el contrato del base estadounidense Shannon Evans. De ser una estrella, del Betis y de la Liga Endesa, a estar despedido en sólo 150 días.
El pasado mes de enero, en un momento de la temporada en el que se juntaron varias lesiones en el puesto de base, el Valencia Basket pagó al Betis alrededor de 250.000 euros, menos de la mitad de lo estipulado en la cláusula de rescisión de Shannon Evans, para hacerse con uno de los jugadores mejor valorados en la ACB y que, además, contaba con la ventaja extra de no ocupar plaza de extranjero.
En su momento, el fichaje originó un conato de "incendio en el Betis", en palabras textuales de su entrenador, Luis Casimiro. No en vano, con el equipo verdiblanco hundido y en grave crisis financiera, la entidad accedía a vender a su mejor hombre, que en teoría había prometido que sólo saldría por los 400.000 euros que contractualmente costaba la rescisión de su contrato. Incluso, con su pizca de sorna, el club levantino daba las gracias a los verdiblancos por las facilidades de la operación.
Evans, que había desarrollado un fuerte arraigo por el Betis y le gustaba interactuar con los aficionados por redes (y por las calles de Sevilla) firmó con el Valencia Basket un contrato para lo que restaba de la 22/23 y otra más, hasta el 30 de junio de 2024. El norteamericano, con pasaporte guineano e internacional por este país, recalaba en La Fonteta con números de estrella en las dos temporadas que vestió la camiseta del club verdiblanco, que le despedía agradeciendo sus servicios con un vídeo desde el mismísimo Benito Villamarín.
En ese momento estaba a un nivel tan alto, que cuando llegó al conjunto naranja era el jugador más valorado de la Liga Endesa con 21,4 de media y tras promediar 21 puntos, con 36,6 por ciento de acierto en triples, 5,5 asistencias, 2,2 rebotes, y 1,9 recuperaciones. Además, en la 21/22 fue el mejor asistente (6,8 pases de canasta por encuentro) y fue elegido en el 'Segundo Mejor Quinteto' del campeonato ACB. El Betis veía este traspaso como un hándicap añadido en su objetivo de salvación; en Valencia, sin embargo, nunca pudo lucir esa luz de líder referencial.
Tras su llegada, la inmediata recuperación de Chris Jones hizo que el papel que se había pensado para Evans se desdibujara y que su presencia en la pista fuese irregular y más volcada en hacer jugar al equipo que en ser él mismo el ejecutor. En total, disputó un total de 31 partidos con la camiseta del Valencia entre Liga Endesa, Turkish Airlines EuroLeague y Copa del Rey con un promedio de 6,3 puntos, 1,3 rebotes y 2,1 asistencias para 5,9 de valoración; cifras muy lejos de las que tenía en el Betis.
Ahora, para hacer efectivo este corte y anular el contrato que ambas partes tenían firmado para la temporada 2023/2024, el Valencia Basket ha tenido que pagarle una pequeña indemnización. En su comunicado, el club 'taronja' agradece "la profesionalidad, la entrega y el trabajo" de Evans a lo largo de estos cinco meses y le desea "lo mejor en su futuro, tanto a nivel profesional como personal".