Fue un final cruel. Arrancó con una inesperada derrota en casa ante un rival directo justo el día en que podía sellar la permanencia matemática y el tiro en el pie se consumó en la última jornada de la liga regular de la ACB con una postrera remontada del Real Madrid. Una ajusticiante canasta de Nigel Williams-Goss a falta de seis segundos, unido a la victoria de Fundación CB Granada sobre el Joventut de Badalona, mandan de nuevo al Real Betis Baloncesto a la LEB Oro. Fue un final cruel y sólo cabe cruzar los dedos para el descenso sea la única consecuencia, pues la pérdida de categoría abre un periodo de dudas sobre la continuidad de la sección y el baloncesto en la ciudad de Sevilla vuelve a estar al filo del precipicio.
El Real Betis se hizo cargo del entonces Club Baloncesto Sevilla en el verano de 2016 y bajo la gestión del club verdiblanco ha consumado tres descensos deportivos en siete años, si bien el primero de ellos, en la campaña 16/17, no se consumó debido a los problemas burocráticos de los equipos que debían ascender a la ACB. En el curso siguiente, el entonces Betis Energía Plus sí perdió la categoría tras 29 años de baloncesto de la élite en Sevilla, si bien sólo tardó una campaña en regresar a la Liga Endesa, ya que se proclamó campeón de la LEB Oro en un ejercicio en el que también ganó la Copa Princesa de Asturias, primer y hasta ahora único título nacional de su palmarés.
La temporada 19/20 quedó interrumpida por la pandemia de covid-19 cuando el equipo verdiblanco coqueteaba con las posiciones de descenso, mientras que en las dos últimas campañas, el Betis logró amarrar su permanencia al reaccionar en las jornadas finales, después de pasarse el curso atornillado a la cola. En la recién concluida fase regular de la Liga Endesa 22/23, el equipo dirigido por Luis Casimiro se asentó rápidamente en la zona baja de la tabla, tras ganar sólo uno de sus nueve primeros partidos y no reaccionó hasta la vigésima sexta jornada, a la que llegó con cinco triunfos en su casillero.
Cuando peor pintaban las cosas, la victoria contra el Lenovo Tenerife del 9 de abril marcó un punto de inflexión: de entonces hasta la antepenúltima jornada, el conjunto verdiblanco ganó cinco de sus siete partidos siguientes -sólo lo superaron dos rivales de Euroliga como Valencia Basquet y Barça-, lo que le permitió abandonar los puestos de descenso. El duelo de hace dos semanas contra Covirán Granada, su rival más directo, le habría permitido certificar la salvación de no haber desperdiciado una renta de diez puntos mediado el tercer cuarto, y aquella derrota lo dejó en una situación comprometida de cara a la jornada final: si los granadinos vencían en casa al Joventut, debía ganar en la cancha del Real Madrid, recién proclamada campeón de Europa. Y eso lo evitó Williams-Goss sobre la bocina.
Aunque Luis Casimiro se ha mantenido en el banquillo toda la temporada, la inestabilidad en el Betis Baloncesto la ha marcado un plantel del que salieron hasta ocho jugadores -Josh Gray, Shannon Evans, Yannick Nzosa, Rodion Kurucs, Pepe Pozas, Txemi Urtasun y Jeremiah Hill- y algunos otros como Eulis Báez y Luke Fischer salieron durante un tiempo por lesiones de larga duración para volver a entrar. Sólo con las llegadas de Tyson Pérez y Jean Montero, el mejor jugador joven de la ACB, logró encontrar algo de fuerza.
¿Y ahora qué? Pues, como expone a la perfección un teletipo de la Agencia EFE, el descenso del Real Betis Baloncesto abre un periodo de incertidumbre sobre la supervivencia de la sección en el club de La Palmera, ya que éste atraviesa por problemas económicos y su presidente, Ángel Haro, llegó a admitir negociaciones con un grupo inversor mexicano para que se hiciese cargo de la franquicia.
Ya a principios de la presente temporada, allá por el mes de septiembre de 2022, el propio Ángel Haro admitía que la sección de baloncesto del Betis estaba en un momento complejo para su supervivencia y era claro a la hora de reclamar apoyos y recursos financieros: "Entramos en el baloncesto un poco por el SOS que se mandó. Se estaba produciendo una junta general de accionistas para salvar al club. Era una situación complicada. Hay que poner gente que no venga del mundo, sino que ame el baloncesto. En esta andadura nos hemos encontrado un poco solos. Ha habido ayudas puntuales".
"Ahora sí empiezan a volver las instituciones, aunque quizá sea un poco tarde. Hay instituciones como la Diputación que escasamente llega a 200.000 ó 300.000 euros y en otros sitios como Málaga se triplica. Cuando entramos en el baloncesto tuvimos muchas decepciones a nivel institucional y de empresas e incluso mediático. Al baloncesto hay que ayudarlo porque si no es muy difícil seguir tirando de este carro", espetaba el presidente del Betis.