Alvaro Arenillas3 min lecturaSí, en la NBA no se pueden fichar agentes libres hasta el 1 de julio, pero cuando el río suena... agua lleva. Tal dicho se puede aplicar de manera notable al presente de Klay Thompson y su relación con Golden State Warriors. Desde hace tiempo se sabe que la organización californiana –la única que ha conocido el escolta en su carrera– quiere seguir contando con él; sin embargo, no es menos cierto que a día de hoy no se ha llegado a un entendimiento y que este parece lejano, sobre todo porque el ganador de cuatro anillos no ha querido por ahora rebajar sus pretensiones económicas.
¿Es seguro que cambiará de aires en la agencia libre? No, pero si llega una gran oferta podría tomar ese camino. El propio Thompson ha asegurado recientemente que estaría dispuesto a aceptar otro rol para continuar en la que siente como su casa; la cuestión es que su rendimiento reciente –20,3 puntos con un 38 por ciento en triples en los 10 últimos partidos– invita a pensar que aún está preparado para ser una primera espada. Pues bien, justo eso deben estar pensando en Orlando, ya que la franquicia de Florida estaría dispuesta a tirar la casa por la ventana con tal de unir al excelso tirador a su actual proyecto, el cual cuenta con Paolo Banchero y Franz Wagner como figuras principales; informa Tim Kawakami en The Athletic.
En la actualidad Klay está percibiendo exactamente 43 millones de dólares, una cifra que se antoja imposible para unos Warriors que se han marcado el reto de recortar bastante el impuesto de lujo que paga actualmente. Ante tal escenario, un contrato de 10-15 (quizás hasta 20 millones de dólares) podría contentar a ambas partes, pero se trata de un frágil panorama en el que los Magic, con 50 millones de espacio salarial para verano, podrían casi literalmente hacer saltar por los aires.
Está claro que en caso de Thompson, quien ha pasado toda su carrera con Stephen Curry y Draymond Green, no se trata únicamente de dinero. Para él, los de San Francisco son su equipo, su único equipo, pero la presente campaña, en la cual ha llegado a ser relegado al banquillo, le puede hacer pensar que lo mejor para el final de su carrera es un cambio de aires. Será en cualquier caso una decisión difícil, pero no tanto si llega acompañada de un enorme contrato.