Parecía un 'matrimonio' destinado a dominar la NBA y, sin embargo, no resultó y se deshizo muy pronto. Kristaps Porzingis llegó en 2019 a los Dallas Mavericks tras la eclosión de Luka Doncic y para, entre otras cosas, suplir a la leyenda del conjunto texano Dirk Nowitzki.
Eran dos jóvenes promesas europeas, una -Porzingis- ya con más experiencia en la NBA, formadas en España y que podía complementarse. Pero entre ellos hubo diferencias. Las lesiones también hicieron mella en el ex del Caja San Fernando y apenas tres años después, el pívot letón saldría traspasado a los Washington Wizards a cambio de Spencer Dinwiddie y Davis Bertans.
Mucho se ha hablado de lo que pudo ocurrir entre ellos, de por qué no se entendían en la pista o, si como decían algunos rumores, había una mala relación externa que luego se traducía sobre el parquet.
Kristaps Porzingis, que actualmente milita en los Boston Celtis, habló sobre ellos en el podcast The Old Man and The Three con su excompañero en los Mavericks JJ Redick, retirado hace dos años. "Es una mezcla de muchas cosas", reconocía el jugador formado en la cantera de lo que ahora es el Real Betis que tiene la mano a Doncic. "Creo que ambos intentamos que funcionara. Creo que la comunicación, la madurez, la comunicación de ambos debería haber sido mejor", reconoce el letón, que no quiso ahondar más en el problema, aunque sí se refirió a por qué no triunfó en los Mavs y ahí volvía a salir la palabra madurez.
"Madurez, seguro. Repito, estoy hablando de lo que podría haber hecho mejor. No estaba metido en análisis y números. Si alguien... me lo hubiera presentado de la manera correcta y me hubiera dicho, 'esto es lo que necesitamos hacer, esto es lo que necesitamos de ti. Vas a ser mucho más efectivo haciendo esto', como explicármelo mejor. Creo que eso habría marcado la diferencia", añadía el letón en The Old Man and The Three.
Pese a ello, sus estadísticas no se resintieron. Porzingis estuvo en unos 20 puntos y 8-9 rebotes por partido de media, algo superiores a las que ahora mismo tiene en los Boston Celtics, donde debe compartir más protagonismo en un equipo que llega de ser finalista de la Conferencia Este y que ahora mismo lidera la temporada regular con una marca de 15-5 en los dos primeros meses de competición.