La salida de Damian Lillard de los Portland Trail Blazers fue, sin duda, el culebrón del verano en la NBA. El base de Oakland forzó para poder ir a un equipo con mejores perspectivas que el de Oregon y, aunque no se salió con la suya, sí acabó reforzando al campeón de 2021 y uno de los aspirantes al anillo.
Lillard había pedido marcharse a los Heat, para jugar junto a Jimmy Butler, pero finalmente, los Blazers llegaron a un acuerdo con los Bucks y los Suns, en una operación a tres bandas que, a cambio del base, se reforzaron con el escolta Jrue Holiday, además de con el pívot de Bahamas Deandre Ayton y el ala-pívot belga Toumani Camara, que llegaron de los Suns por el bosnio Jusuf Nurkic y Grayson Allen. Además de sumar los Blazers la primera selección del draft en 2029 para los Bucks y el derecho sobre otros dos fichajes.
Toda esa locura reforzaba aún más a unos Milwaukee Bucks que ya fueron el mejor equipo de la temporada regular el pasado año, aunque luego perdieran en la primera ronda de 'play off' de forma sorprendente. La constelación de estrellas de las que disponía Adrian Griffin y que encabezaba Giannis Antetokounmpo le hacía un equipo temible. Ahora había que conjuntarlas, especialmente a un Giannis y un Lillard que suelen acaparar muy el balón.
La conjunción no ha sido fácil y lo pagaron en los primeros partidos, pero ya en los últimos parecen haber encontrado el equilibrio y hay encuentros que sus dos principales referentes casi han calcado sus números y ambos se han ido a más de 30 puntos. Su balance es el tercer mejor del campeonato (14-6) y están a solo dos victorias de los sorprendentes Wolves y de los Celtics, que encabezan la clasificación. Aparte de estar clasificados para la Copa NBA (In-Season Tournament), donde este martes se enfrentan a los New York Knicks en cuartos de final.
Pero todo no son alegrías en los Bucks. La presencia de Damian Lillard ha dejado damnificados en Wisconsin, como Portis o Cam Payne, pero sobre todo a uno que era los baluartes del equipo y que este año ha perdido mucho con la llegada del de Auckland. Se trata de Khris Middleton.
El alero de Carolina del Sur cumple diez años en la franquicia, donde creció desde su llegada de Detroit para convertirse en un jugador 'all star' y uno de los mejores del campeonato. Hasta el punto de estar presente en el 'dream team' que se coronó hace dos años en los Juegos Olímpicos de Tokio con la medalla de campeón.
La llegada de Lillard ha mermado sus números. Está promediando en esta temporada poco más de 20 minutos por partido, con 11,8 puntos de media, 4,2 rebotes y 3,9 asistencias. Sus porcentajes son buenos y rozan el 50%, pero tira mucho menos que antes y sólo en dos ocasiones ha superado los 12 puntos en algún partido (18 frente a los Wizards y 17 ante los Heat). Son los peores números de toda su carrera.
Las cifras de Khris Middleton no serían malas y sería un muy buen complemento para el resto, dado que son ellos los que tienen el papel de estrella. Eso si no fuera porque su sueldo es de 28 millones de dólares este año y ese enorme espacio que ocupa en la masa salarial de los Bucks no es acorde a lo que aporta en la pista. No sería de extrañar que, de seguir así, su nombre empezara a aparecer ligado a algún traspaso en los próximos meses.