Tal cual suena. Julius Randle está dejando a los New York Knicks en una situación limite. Arribado a la Gran Manzana en 2019, su aparición supuso un soplo de aire fresco para un equipo que necesitaba una estrella a la que agarrarse. No decepcionó. En estos años ha sido dos veces All-Star y el curso pasado ayudó para que los neoyorquinos llegasen hasta las finales de la Conferencia Este. ¿Qué ha pasado entonces? Pues que en la NBA no se vive del pasado y actualmente está provocando –día a día– un gran problema en los Knicks.
Lejos del brillo pasado, el jugador interior ha empezado la campaña con un enorme paso atrás en sus prestaciones. Con 13,7 puntos por partido, está en su marca más baja desde hace siete temporadas. Tan mal le está yendo que tras jugar seis partidos, en hasta cuatro apenas ha sido capaz de superar el 20 por ciento en tiros de campo... Siendo uno de los dos jugadores más importantes para el entrenador, Tom Thibodeau, poco más hace falta decir para entender lo grave que es la situación...
Pero la cosa no acaba aquí. En el presente Randle sigue siendo una pieza clave para el equipo, pero el gran golpe llega por cómo se está devaluando a ojos del resto de franquicias de la NBA. Así es. A los aficionados de los Knicks les duele ver a su equipo comenzando con un balance de 2-4; sin embargo, más grave es ver que la llave para realizar un gran movimiento está saltando por los aires.
Desde hace meses se habla sobre el plan que hay en las oficinas del Madison Square Garden. Lejos de conformarse con lo que tienen, llevan todo el verano haciendo acopio de activos para poder dar forma a un paquete que les sirva para completar un gran traspaso. Giannis Antetokounmpo (el más difícil), Joel Embiid (se puede poner a tiro) y Karl-Anthony Towns (el más sencillo), son algunos de los nombres que han sonado, pero claro, para ello necesitan meter en el intercambio a Randle, y visto lo visto sobre el parqué, complicado parece que alguien vaya a quererle.
Con contrato hasta 2026 (la 2025-26 es una opción de jugador por 29,4 millones de dólares), no se trata precisamente de un jugador expiring y que pueda liberar masa salarial, sino de una pieza que debes incluir en tu rotación, y es ahí donde los potenciales socios comerciales empiezan a echarse atrás. Puede que sea pronto para hablar de un traspaso, pero si los Knicks quieren que sea una posibilidad real, necesitan que su All-Star dé un inmenso paso al frente.