Parecía imposible después de ver el quinto partido de la serie de playoffs de la NBA entre Pacers y Knicks, donde los de Nueva York lograron ajustar lo que les había faltado en el cuarto y vencieron con suma superioridad, sin embargo en el retorno de la serie a Indianapolis se han repuesto los de Rick Carlisle y habrá séptimo partido en el que todo puede suceder, pero eso sí, los de Thibodeau, pese a estar plagados de bajas y lesiones importantes, tienen su pabellón como un auténtico fortín y va a ser muy complicado que se produzca la sorpresa.
Los de Indiana no querían terminar la temporada delante de su afición y empataron 3-3 tras ganar 116-103, forzando este séptimo y definitivo partido que se jugará el domingo en el Madison Square Garden. Los Pacers hicieron un partido redondo, ya que sabían que era un partido a vida o muerte para ellos y que, para sobrevivir, tenían que tomárselo mucho más en serio que el anterior, en el que cayeron de 30 en la Gran Manzana, Saltaron a la pista intensos, explotando su juego eléctrico, de ataques rápidos y luchando por el rebote. Pero los Knicks también habían perdido de 32 en el cuarto partido, en Indianápolis, y parecían haber aprendido la lección. Pero solo aguantaron en el primer cuarto, que fue de lo más igualado, con diferencias de apenas cinco puntos para ambos y con un 29-30 al toque de la bocina. Los Knicks con 11 puntos de Miles McBride y 10 de Donte DiVincenzo demostraron que podían lograrlo..
Pero en el segundo los Pacers mejoraron con un parcial de 13-2 que los llevó a una máxima diferencia de +13 poco antes del descanso. Myles Turner machacaba la canasta de los Knicks y los jugadores de Indiana se lo estaban pasando bien. DiVincenzo, con un triple, rebajó esa máxima diferencia a 61-51, que sumado a una falta técnica en contra al filo del descanso, dejaba a los Pacers con algo de mal sabor de boca, sin embargo en la segunda mitad les valió esa renta y gracias a un juego muy coral, en el que Pascal Siakam (20 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias) marcó la diferencia, pero también tuvo a un Myles Turner con 17 puntos y 8 rebotes, Tyrese Haliburton con 15 puntos, 6 rebotes y 9 asistencias o Andrew Nembhard con 15 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias.
También controlaron el rebote (47-35) y fueron dueños de la pintura. Además, los de Nueva York, además, perdieron a Josh Hart, jugador clave en el quinteto de Tom Thibodeau, con un dolor abdominal que no le permitió terminar el partido. Y aunque tuvieron a un nuevamente espectacular Jalen Brunson, que anotó 31 puntos y repartió 5 asistencias, de los cuales 26 fueron en el segundo tiempo tras un primero horrible, no fue suficiente, ya que sin Hart, los Knicks simplemente no pudieron. Eso sí, aún tienen una bala más y los Boston Celtics ya esperan en la final del Este al ganador del partido del domingo, que promete ser épico.