Sabíamos que iba a llegar, pero no por ello nos hace salir del asombro. LeBron James, a sus 38 años y tras 20 temporadas en la élite más absoluta, se ha convertido en el máximo anotador de la historia de la NBA al superar a Kareem Abdul-Jabbar.
Aunque estemos hablando de El Rey, sigue siendo una auténtica locura. Durante décadas –exactamente desde que Kareem se retiró en 1989–, se daba por hecho que se trataba de un récord casi imposible de superar, uno que podría ver pasar a numerosas estrellas por la competición estadounidense sin que ninguna pudiera ni acercarse al pívot de Harlem. Pues bien, ha llegado LeBron y ha hecho una de las cosas que más le gustan: hacer posible lo imposible.
Con 20 años luchando sobre los parqués de la NBA, este genio de Akron –también nació allí Stephen Curry– ha alcanzado los 38.390 puntos tras lograr 38 en el enfrentamiento con los Oklahoma City Thunder. Los Lakers no ganaron –lo necesitaban–, pero todo quedó eclipsado por esa canasta en el minuto 12 del tercer cuarto que hacía el punto 38.388 de su carrera, esa que le hacía tocar el cielo a través de un aro al que se ha enfrentado tantas veces como nosotros hemos disfrutado con él como imaginero. He aquí la culminación de ello:
Se trata de un momento único, casi nos podemos arriesgar a decir que irrepetible. El Rey ha tardado 20 temporadas y 1.410 partidos en coronarse como el máximo anotador histórico de la NBA y vuelve a sonar de nuevo a imposible que alguien le supere. Además, y para dotar de más épica al momento, la manera de conseguirlo define su carrera. No fue con un mate –los ha hecho espectaculares–, ni con un triple –ha mejorado enormemente en tal faceta–, sino con ese mismo estilo con el que llegó a la Liga siendo un niño para ir convirtiéndose en leyenda. ¿De qué hablamos? De un tiro desde la media distancia en fade away; sí, su especialidad.
A partir de ya el 7 de enero no será un día más, sino El Día de LeBron James. Con una carrera espectacular, le faltaba dar ese paso para llegar al imposible. Hoy lo ha dado. No entraremos en la discusión de quién es el mejor de la historia haciendo mención a Michael Jordan, pero sí diremos una verdad que pocas veces podremos pronunciar: LeBron James eterno.