La NBA ya está aquí y las estrellas llegan con nuevos bríos para afrontar una temporada que arranca esta misma semana con la PreSeason. Dos de los nombres propios de la pasada campaña fueron un Luka Doncic que se quedó con la miel en los labios en las finales, donde los Mavericks perdieron ante los Boston Celtics, y también en los premios individuales, pues el MVP se lo volvió a llevar Nikola Jokic cuando el esloveno apuntaba a recibirlo por primera vez,
El otro protagonista fue el mejor jugador de 2023, un Joel Embiid que vivió un calvario con las lesiones y que no pudo ayudar a su equipo, los Sixers, a tener un final feliz. El pívot camerunés se consoló con la medalla de oro en París 2024, aunque tampoco ahí tuvo el protagonismo esperado.
Ambos parten con ambiciones en este arranque y una meta clara: el anillo. “¿Una palabra? El campeonato, ese es el objetivo”, aseguraba Luka Doncic en la comparecencia previa al inicio de la temporada y recordaba al Real Madrid por la mentalidad ganadora que le había transmitido y por anteponer el equipo a las individualidades. “He estado lidiando con las expectativas desde que estuve en el Real Madrid”, señala el base esloveno, que este año, aparte de Kyrie Irving, también tendrá a Klay Thompson para asumir responsabilidades.
“Cuando Kyrie y yo tenemos el balón, básicamente no puedes dejar desatendido a Klay, porque si le dejas abierto va a hacer el tiro. Así que el spacing va a ser crucial para nosotros. Pero, más que eso, en un par de partidos te diré”, señalaba Luka Doncic ante la 'nueva arma' con la que contarán los Mavericks este año.
Y si Doncic llega decidido a esta temporada 2024-2025, Joel Embiid lo está aún más y ha hecho un gran sacrificio para que la nefasta pasada campaña no se repita. “Justo tras perder el año pasado, le envié un mensaje a Daryl Morey -presidente de operaciones de los Sixers- y era como 'Tenemos que hacer lo que sea para estar seguro de que estoy sano en los play-offs'. Es de todo lo que se trata este año”, afirma Embiid en declaraciones a ESPN.
Para ello, su prioridad este verano ha sido quitarse kilos, entre "11 kilos y 13 kilos menos”, según afirmaba. “Aún me queda mucho camino por recorrer. Todavía quiero perder más, pero es un proceso”, afirma el pívot originario de Camerún y nacionalizado francés y estadounidense. Son ya demasiadas frustraciones como para no tomarse eso en serio. “No hay agenda, no hay All Star, no hay All NBA, no hay nada de eso. Es lo que se necesita para asegurarme de que llegue al punto en el que esté listo porque básicamente cada año en mi carrera me he lesionado en los playoffs”, avisa un Joel Embiid que sólo tiene ese objetivo en mente. Aunque los espectáculos de la NBA 'lo paguen'.