Alvaro Arenillas3 min lecturaHa veces que uno exagera. Hay veces que uno simplemente se deja llevar por la corriente o por el hype. Hay veces que nos equivocamos con una valoración... Pues bien, Victor Wembanyama ha hecho que todos esos que tenían dudas, incluida la propia NBA, ahora estén simplemente asustados.
Se ha confirmado. Así es. La Liga de Verano de Las Vegas fue un aperitivo, los partidos de pretemporada un aviso, su debut en la NBA una manera brillante de presentarse, y ahora, tras seis partidos disputados, no deja lugar a dudas: Wembanyama ha aterrizado en la mejor liga de baloncesto del mundo para ser uno de los mejores jugadores de la historia.
Jugando hasta la fecha solo 30 minutos por noche, el jugador de 19 años se está moviendo en un promedio de 20,5 puntos, 8,2 rebotes, 2,7 tapones y 2 asistencias, unos números fantásticos que crecen a la hora de ver la importancia que tiene sobre el parqué para los San Antonio Spurs. Porque el francés es mucho más que una estadística, es alguien que pese a ser novato ya asume galones. Así, después de que Phoenix Suns les remontase 20 puntos y llevase el 'pánico' a las gradas, se plantó en el último cuarto y metió 10 puntos seguidos para dar el triunfo a los de Texas –teniendo a Kevin Durant delante–.
La cuestión es que Wembanyama no solo está jugando bien, sino que está intimidando. Tapones sin saltar, triples en fade away como si fuese un escolta, botando de lado a lado de la cancha cual base... Y todo ello con 2,26 metros; y es que lo mismo te mete 38 puntos que te pone 5 pinchos de merluza –como diría nuestro querido Andrés Montes–. Sí, este jugador es simplemente una especie nueva que está haciendo temblar los cimientos de la NBA que hemos conocido hasta la fecha. ¿Se puede comparar con alguien? No. En todo caso, y si hablásemos de impacto, podríamos hacerlo con el aterrizaje de un tal Shaquille O'Neal. En juego no se parecen nada, pero el dominio y superioridad sí van en la misma línea.
Puede que el destino nos haya deparado una nueva dupla ganadora en Texas. Gregg Popovich ya entrenó a un número 1 del draft como David Robinson y poco después hizo lo propio con el espectacular Tim Duncan. Fueron cinco anillos por el camino y la sensación de que su sabiduría marcaba la diferencia. Ahora, en 2023, vuelve a tener entre manos un chico que puede ayudarle a alcanzar la gloria.