Antonio José Medina4 min lecturaVictoria del Real Madrid (116-113) de las que valen más de dos puntos. En un mal partido en defensa, en el que encajó 113 puntos, el conjunto de Chus Mateo sobrevivió y ya mete presión a la cabeza de la tabla de la Euroliga, a la espera de que uno de los gallitos, el Olympiacos, también visite el Movistar Arena este jueves.
El equipo madridista salió algo relajado al partido, tal vez pensando en ese gran encuentro que le llega, y cuando quiso darse cuenta había dado vida a un equipo que no merece estar el penúltimo de la tabla y que, con confianza, puede ganarle a cualquiera. El porcentaje de tiro del Maccabi ya dice lo buenos que son y si, además, les haces faltas y estos no fallan ninguno de los 26 tiros libres de que disponen, estás en un problema.
Por fortuna para los blancos, ellos también tienen un arsenal ofensivo inmenso y, en un partido de ida y vuelta, los Campazzo, Musa, Hezonja... pueden ganarle a cualquiera. Ellos llevaron el peso ofensivo de su equipo ante la 'ausencia' de un Tavares que ni tiró a canasta.
El Madrid sólo tuvo algo de ventaja en el tramo final del primer cuarto, cuando parecía que se les había pasado la pájara inicial y llegaron a contar con hasta seis puntos de diferencia. Pero ese cuarto había sido una locura ofensiva (33-30) y había dado confianza a un Maccabi que no aflojó tras el descanso y se fue a los 63 puntos (60-63).
El rapapolvo de Chus Mateo en el descanso, lejos de ser un revulsivo, pareció incentivar a los macabeos, que vivieron sus mejores minutos, mantuvieron su ritmo y aprovecharon que el Madrid, por momentos, se puso nervioso. Los israelíes llegaron a mandar a mitad de este tercer cuarto de doce puntos, pero entre Garuba, Feliz y Ndiaye elevaron el nivel defensivo, el senegalés se echó al equipo a la espalda desde la línea de triples (3 de 3) y el equipo blanco logró un parcial de 16-2 que igualó el partido.
A partir de ahí, ya nadie se despegó. El Madrid lograba pequeñas ventajas que rápidamente eran neutralizadas, en especial por un Blatt que estuvo muy acertado en este tramo de partido. Rivero tomó el relevo al final para aguantar a un Madrid que, con bonus casi desde el principio del cuarto, provocaba una falta tras otra. Al último minuto se entró uno arriba para el Maccabi, pero entre Musa y Campazzo pusieron por delante a los blancos y una gran defensa en el ataque decisivo de los israelíes decantó definitivamente el encuentro.
Real Madrid (33+24+34+25): Campazzo (31), Musa (20), Abalde (5), Ndiaye (9) y Tavares -quinteto inicial-; Hezonja (25), Llull (9), Rathan-Mayes (3), Garuba (6), Feliz (8) y González.
Maccabi Tel Aviv (30+33+27+23): Jokubaitis (20), Shayok (3), Sorkin (17), Randolph (14) y Hoard (19) -quinteto inicial-; Blatt (14), Rivero (12), Williams (5), Dibartolomeo (6) y Menco (3).
Árbitros: Hordov, Nikolic y Tsaroucha. Eliminaron por faltas personales a Sorkin y Hoard, ambos del Maccabi.