Antonio José Medina6 min lecturaEl Real Madrid se lleva un partido que tuvo perdido cuando entró cuatro puntos abajo y posesión para el Baskonia en el último minuto y que ganó por 90-89 después de que su rival fallara tres de cuatro tiros libres en los últimos minutos y que a un Hezonja más errático que otras veces le entraran los dos últimos triples que intentó.
El equipo blanco no estuvo bien, especialmente en defensa, donde concedió muchos rebotes, y jugó a rachas, especialmente en el último cuarto, pero tiene mucha artillería y eso, a veces, le basta para ganar. Como en esta ocasión.
Pablo Laso sacó a Raieste para que, esta vez, Musa no se la liase y el alero bosnio se encargó, en los primeros segundos, de demostrarle que le daba igual a quien le pusiera enfrente. Entre él, un Tavares omnipresente en la zona y su habitual lugarteniente Campazzo dieron las primeras ventajas al Real Madrid, que empezó mandando de seis (10-4), una ventaja que ya no volverían a ver hasta el último cuarto.
Los triples permitieron la recuperación de un Baskonia que, en la primera mitad, tiró bastante cómodo desde más allá de 6,75. Raieste, Forrest y un Howard que se dejó ver poco por culpa de las personales le dieron la vuelta al marcador poro antes del descanso, lo que permitió un final apretado que decidió Campazzo.
El segundo cuarto, sin Howard, Campazzo o Tavares, se decidió con la 'segunda unidad', con un duelo de croatas entre Samanic y Hezonja, y con una dupla Feliz-Garuba que conectó a la perfección. Las alternativas se sucedían hasta que Rogkavopoulos decidió erigirse como protagonista y, con sus triples, logró situar al Baskonia cinco arriba durante los dos últimos minutos. Campazzo maquilló el marcador, pero la desorganización de su equipo en el tramo final del segundo cuarto no debió gustar a Chus Mateo.
Tampoco debió gustarle que su equipo se dejara coger tantos rebotes ofensivos porque sacó a Tavares y lo mantuvo en pista aún con tres faltas personales. Eso no mermó la sangría blanca, pues los madridistas se veían superados una y otra vez, sobre todo por un Moneke espectacular.
Sólo los errores ofensivos del Baskonia impedían que la ventaja fuera mayor. Pese a ello, fue suficiente para que llegaran al último cuarto por delante y con la sensación de que, a poco que 'apareciera' Howard, podrían escaparse.
Con toda su artillería en cancha, el Madrid entró lanzado al último cuarto, recuperó la desventaja y adquirió de nuevo un pequeño colchón, pero siguió acusando el mismo problema en el rebote que permitía al Baskonia hacer la goma y, a la primera oportunidad, situarse de nuevo por delante.
Una polémica falta de tres tiros a cinco del final permitió a los blancos situarse cuatro arriba. Era el mejor momento en defensa del Madrid que, con una canasta fácil de Musa, una técnica sobre Laso anotada por Campazzo y dos tiros para el bosnio -falló uno- situaron un parcial de 10-0 que daba la primera ventaja clave al Madrid (84-75).
Todo estaba en el aire y el Madrid podía poner la puntilla, pero ahí apareció el mejor en ataque del equipo vitoriano, Rogkavopoulos, para devolver un parcial 7-0 en un minuto y situar a su equipo dos abajo a falta de dos minutos para el final. Moneke completó la remontada con un triple más personal que amplió el parcial a 13-0 y el Baskonia entró en el último minuto con cuatro de ventaja y balón.
Ahí se equivocó y permitió al Madrid entrar en el partido, con un triple de Hezonja a 27 segundos del final. Baldwin y Samanic tuvieron tiros libres para cerrar el encuentro. Entre los cuatro sólo uno entró y el Madrid tuvo los 17 últimos segundos para igualar o ganar el partido.
La jugada final fue horrible. Los madridistas estuvieron a punto de perder el balón, pero éste acabó en manos de Hezonja, que anotó un triple muy lejano a sólo dos décimas del final. El milagro blanco volvió a venir de Croacia.
Real Madrid (22+20+22+26): Campazzo (22), Rathan-Mayes (2), Musa (16), Ndiaye (3), Tavares (10), -cinco inicial-, Llull (-), Hezonja (22), Feliz (2), Abalde (2), Hugo González (2), Garuba (6), Ibaka (3).
Baskonia (21+24+22+22): Forrest (19), Baldwin (4), Raieste (5), Moneke (14) y Diop (2) -cinco inicial-, Rogkavopoulos (22), Howard (6), Samanic (10), Jaramaz (2), Hall (5).
Árbitros: Ilija Belosevic (Serbia), Milan Nedovic (Eslovenia), Rain Peerandi (Estonia). Sin excluidos.