Álex Martín3 min lecturaEl baloncesto es uno de los deportes más populares del mundo. La disciplina de la canasta, en la que la NBA es una de sus categorías más destacadas, ha brillado desde su creación y ha ocupado un lugar destacado en torneos como los Juegos Olímpicos, donde España ha desempeñado un gran papel en los últimos años. Muchos conocen los detalles más básicos, como la duración de sus cuartos, pero, ¿se conoce el origen de esta modalidad?
Para conocer el nacimiento de este deporte, hay que remontarse al 21 de diciembre de 1891. En ese punto, James Naismith, quien cursaba un posgrado, y contaba con 31 años, ejercía también como profesor de Educación Física en la Escuela Internacional de Entrenamiento de la YCMA, ahora reconocida como la Springfield College, situada en la localidad del mismo nombre, en el estado de Massachusetts. Ese día se produjo una tormenta que les obligó a mantenerse obligados durante varias jornadas, lo que provocó que pensara un juego que fuera sencillo de comprender y, a la vez, complejo para atraer la atención de quien lo practicara.
En ese momento, Naismith se puso en contacto con el conserje, buscando dos cajas cuadradas que funcionaran como porterías, tal y como señala National Geographic. A su vuelta, el empleado regresó con dos cestas de melocotones. Tras esto, decidió clavarlas en la barandilla inferior del balcón del gimnasio, una a cada lado. Teniendo en cuenta que este elemento tenía una altura de tres metros, tendrían que elevarse los jugadores para encestar el balón en esta primera canasta. Además, hay que reseñar que, en cada extremo del balcón, había una persona localizada para recuperar la pelota y ponerla en juego nuevamente. Así es como se creó el baloncesto, un deporte que ha terminado captando la atención de millones de personas años después.
Su iniciativa, en un primer momento, acabó en una gran pelea, tal y como describió años después en Wor en la ciudad de Nueva York. "Los chicos empezaron a placarse, dar patadas y puñetazos en los abdominales, acabaron en un todos contra todos en medio del suelo del gimnasio antes de que pudiera separarlos. Un chico quedó inconsciente. Varios tenían los ojos morados y uno tenía un hombro dislocado. Después de ese primer partido, temí que se mataran entre ellos, pero no dejaban de darme la lata para que les dejara volver a jugar, así que me inventé más reglas”.