En el deporte el pasado es sólo para leer en los libros de historia y poco más. Cuenta el presente y Chus Mateo es consciente de ello. Como también lo es que el partido frente al Baskonia correspondiente a la tercera jornada de la Euroliga que se disputa este martes se antoja como un ultimátum para él.
Y lo peor es que enfrente estará Pablo Laso, viejo conocido y muy querido por la afición madridista. Y conocedor del equipo blanco, por supuesto.
Así, el conjunto vasco espera seguir prolongando la mala racha del Real Madrid a domicilio en la presente temporada, donde ya han encajado cuatro derrotas, la última en Bilbao este pasado domingo en la Liga Endesa.
Para este choque, Chus Mateo no podrá contar con el argentino Facundo Campazzo una vez que el Juez de Apelación de la competición haya ratificado la sanción de un partido al base del equipo blanco. Y tras la reciente lesión del dominicano Andrés Feliz, el preparador madridista tendrá que innovar para cubrir dicho puesto, donde Sergi Llull y Xavier Rathan-Mayes cuentan con muchas papeletas para ello. A estas dos ausencias hay que sumarles la de Usman Garuba, quien ya se perdió el último partido de liga.
Mientras tanto, en el bando local, Pablo Laso mantiene la baja de Sander Raieste, pero como es habitual en la Euroliga, podrá contar con los bases Trent Forrest y Kamar Baldwin. La última victoria ante el UCAM Murcia y la gran actuación de Donta Hall han dado un impulso a los baskonistas que esperan recuperar el pulso de la competición continental y hacerse fuertes en casa.
En Europa, ambos equipos llegan con una trayectoria similar. Los dos han ganado su partido de Euroliga en casa y han perdido todos los duelos que han disputado lejos de su feudo. Así, blancos y azulgranas firman un balance de 1-1 en la competición continental y 1-2 en la ACB.
El revés del domingo en Bilbao (83-79) ha disparado todas las alarmas en el club blanco, cuya afición no recuerda un arranque de curso tan malo. Cuatro derrotas en siete partidos oficiales (dos en liga, uno en la Euroliga y la final de la Supercopa frente a Unicaja) son números que mantienen en alerta ya a la planta noble del Santiago Bernabéu.
Además, salvo ante el equipo andaluz, en el resto de encuentros eran claros favoritos los de Chus Mateo. Encajar más de 80 puntos (88,6 de media) en la liga y más de 90 en la Euroliga (91,5) reflejan que el Real Madrid no atraviesa por su mejor momento defensivo. Y ya lo dijo hasta Hezonja en el descanso del partido frente al Bilbao Basket: "Vamos a tener que sudar muchísimo esta temporada para ganar algo si no lo hacemos bien ahora. En defensa hemos empezado bien, pero luego... jugamos muchos, se nos cambia el ritmo y es muy difícil para la gente nueva, para que aprendan y cojamos química”.