"Es una cosa que ha estado ahí durante muchos meses y tengo la sensación de que no llegará este refuerzo. Con lo que tenemos iremos a tope, como hemos hecho hasta ahora, para intentar lograr todo lo que nuestra masa social y el equipo queremos. A veces saldrá bien y otras no tanto, pero daremos el cien por cien". Joan Peñarroya, técnico del Barça, se mostraba el pasado miércoles muy pesimista sobre la opción de que un nuevo base llegue para cubrir la baja que en su día dejó Laprovittola y que no pudo suplirse con el brasileño Raulzinho Neto.
Muchos han sido los nombres que a lo largo de las últimas semanas han sonado para el conjunto barcelonista. El que más cerca estuvo fue Thomas Heurtel, al que finalmente acabaría frenando Joan Laporta. Y desde la misma sección de fútbol podría llegar esos límites que están impidiendo la incorporación de un tercer base, tan necesaria para los blaugranas.
Peñarroya, pese a esas palabras, era optimista con el futuro del equipo. Tomas Satoransky se encuentra en su mejor momento desde que regresó de la NBA y Juan Núñez, como demostró en el último cuarto ante el Baskonia, va a más con el paso de los partidos.
Pero eso no significa que no vayan a presentarse nombres en los seis días que quedan antes de que se cierre el mercado de la Euroliga, un día después de que lo haga el de la NBA. Uno de los nombres que más sonó en las últimas semanas, el de Daron 'Fatts' Russell, se ha puesto en el mercado. Su traspaso iba a ser una solución para los problemas económicos del Karsiyaka, pero no ha podido cerrarse con ninguno de los clubes interesados. Ahora, según señala el periodista especializado de Eurohoops, Aris Barkas, el base norteamericano habría llegado a un acuerdo con su club para rescindir el contrato y se ha puesto en el mercado.
El Barça no es el único club que pretende fichar un base, pues también compite con el Zalgiris y la Virtus Bolonia, aunque el hecho de que un jugador de este nivel esté gratis en el mercado hará que entre en la puja.
El que también ha confirmado su regreso era el gran deseado del pasado verano, un Ricky Rubio que decidió dejar de lado el baloncesto profesional y que, por ahora, sigue en el aire un posible regreso.
El base de El Masnou sonó con fuerza para jugar en el equipo amateur de una localidad cercana a su lugar de residencia, que juega en Liga EBA, pero donde sí ha encontrado acomodo para no perder la forma es en la Liga 2+1, que se juega en el área metropolitana de Barcelona. Allí está reencontrándose con sus amigos y tratando de disfrutar de nuevo de ese deporte que le hizo llegar a la cima del mundo.
"El partido es una excusa más para encontrarte con los amigos, hacer deporte y pasarlo bien. Es lo que buscamos ahora, pasarlo bien y pasar un rato divertido", apunta Josep Heredia, capitán del equipo Una Més i Prou, en unas declaraciones a los medios de la propia competición barcelonesa. Que finalmente se quede ahí se sabrá pronto, aunque, con 34 años, aún podrían quedarle algunos años más de baloncesto a nivel profesional.