Hace sólo seis días,
Alexis Trujillo dejaba entrever la necesidad
imperiosa de reforzar el mediocentro defensivo ante la "falta de contundencia" apreciada en estas ocho primeras jornadas y ante la evidencia de que
Wiliam Carvalho, por sí sólo, no era capaz de equilibrar y contener los ataques rivales. Aunque indicó que tenía tres hombres para ese puesto -"El pivote defensivo
está bien cubierto con Javi García, William Carvalho y Guardado", avisó-, también reconoció que hasta el último día de mercado estuvieron negociando con jugadores para cubrir ese perfil, algo que se preveía repetir con la apertura del mercado invernal.
El problema es que para los próximos dos-tres meses tampoco contarán con el único jugador fijo para ese puesto (William) y no tendrán opción de sustituirlo. La baja del portugués, a día de hoy,
parece una catástrofe y abre no sólo la necesidad de que el mediocentro ansiado deba estar aquí lo antes posible si es
un jugador libre o, si aún tiene contrato, para que el 1 de enero ya pueda estar adaptado y jugar.
Pero
las desgracias en fútbol suelen también venir acompañadas de oportunidades. Y en el caso del Betis, por su mal inicio y por lo que ha ofrecido hasta ahora, éstas son numerosas. Oportunidades para que sus dos compañeros (
Guardado y Javi García) den un paso adelante y demuestren que están capacitados de cubrir la baja de William; oportunidades para que otros futbolistas (
Canales, Kaptoum...) adopten un rol diferente y crezcan;
oportunidad para la cantera, en especial para Ismael, de asentarse en el primer equipo; oportunidad para Rubi de demostrar que, co
n un cambio de sistema o con la readaptación de alguno de sus hombres, puede sacar adelante esta situación y equilibrar al conjunto; y también oportunidad para el plantel de demostrar que defender es tarea de todos y que, sin el luso-angoleño, también puede alcanzar esa regularidad que ansía.
Cuando la racha no es buena, todo se ve desde un prisma negativo y este arranque de campaña invita a ello, pero en el fútbol, con un simple resultado, todo puede cambiar.
Lograrlo sin William es el reto.