No es Setién, es Juande Ramos

Antonio José MedinaAntonio José Medina
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No es Setién, es Juande Ramos
- Antonio Medina (@amedinaED)
Entre la ilusión que ha despertado el regreso de Serra Ferrer al Betis y las dudas generadas sobre cuál será su papel y cómo encajará su forma de trabajar con la instaurada por Torrecilla hace un año, ha pasado a un segundo plano qué es lo verdaderamente importante ahora mismo en el club: encontrar técnico para la próxima campaña y, sobre todo, no equivocarse de nuevo en esa elección.

Todos los caminos, desde que Víctor fue destituido e incluso antes, van en una sola dirección. Y esa lleva a las Islas Afortunadas. Parece tan evidente que pocos dudan que no sea Quique Setién el elegido. El cántabro reúne casi todos los requisitos que el lunes expuso un Serra Ferrer que sabe mejor que nadie lo que al aún técnico de Las Palmas le esperaría en el Villamarín, en un banquillo que él supo llevar con mano firme en dos etapas. El nuevo entrenador del Betis debe saber que "al aficionado le gusta el buen trato del balón". "El bético es una persona sufrida, pero le gusta el arte", señalaba el mallorquín. Si por algo se ha señalado Setién desde que empezó a despuntar en el Lugo es precisamente por eso, por querer el balón, por buscar que sus jugadores lo traten bien y por ganar los partidos desde el control del juego y la posesión.

Serra fue más allá: "Tiene que tener conocimientos y autoexigencia. Por mucho que gane nunca es suficiente para lo que demanda la afición". Ése es Setién. Conocido es por todos los problemas que ha tenido el técnico santanderino por exigir a sus estrellas, por no permitir el compadreo del vestuario insular, por no tolerar indisciplinas y por dejar fuera a algunos de sus mejores hombres por entender que se habían saltado las normas o que rompían la disciplina del grupo.

Y por último "ha de conocer la entidad. Entrar al Betis no es fácil. Es muy bonito, pero no fácil". Y eso Setién no lo sabe. Entre otras cosas porque no quiso y porque rechazó dos veces venir. Y eso es clave para que no se repitan casos como los de Velázquez o Poyet, que no sabían donde se metían y lo pagaron.

La pregunta es si hay un técnico que reúna todos esos requisitos. Y sí, lo hay. Es Juande Ramos. Un entrenador exigente, de prestigio, que le gusta el buen fútbol y con un pasado bético de buen recuerdo para el aficionado. También triunfal. Como Serra.

Al final vendrá Setién, u otro más acorde que el cántabro al plantel que se le va a poner entre sus manos, pero no tendrá las características que señaló el mago de Sa Pobla. Esas, entre los entrenadores de nivel que hay libres en el mercado, sólo las tiene el de Pedro Muñoz.