Eterno Jesús, eterno Wito

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
Seguir
4 min lectura
Eterno Jesús, eterno Wito
Eterno Jesús, eterno Wito. - Álvaro Palomo
Aquellos que aseguran que los amigos de verdad se cuentan con una sola mano es evidente que no han tenido la fortuna de conocerte, Jesús. De asombrarse con el cariño que sembraste en tantos corazones que, un año después de que subieras al tercer anillo tan joven, laten emocionados con el recuerdo de tu eterna sonrisa. Aquellos que lo afirman seguro que no han visto los innumerables mensajes de amigos y amigas que piensan constantemente en ti, que viven el día a día casi como si estuvieras con ellos, esperando que, como ellos dicen, los ‘cafrees’ o los animes como hacías sin cansarte.

Seguro que tampoco estuvieron el sábado en el precioso homenaje que te organizaron tus ‘hermanos’ a sabiendas de lo que más te entusiasmaba. Un torneo de fútbol con tu nombre. Hay que ser muy grande para eso. El I Memorial Jesús Moreno Palomo. Con seis equipos formados por tus amigos. Más de 40 que jugaron por ti, con los sentimientos a flor de piel. Con el índice hacia el cielo como hizo Barroso, con J. Moreno a la espalda, para recordarte que cada gol es para agradecerte todos los momentos que habéis compartido, las risas, las tardes en tu casa, en el Zodíaco, las bromas, las discusiones sobre el Mudo...

No faltó en el torneo la Peña Sevillista Puerta Osario, tu peña, con los que tú llamabas tus ‘amigos mayores’, que tanto te añoran y se dejaron el alma. Ni por supuesto tu familia, aunque nadie estuvo más presente que tú, cada segundo en nuestros adentros y también en un espectacular dibujo realizado por Calleja Fans que, con tu cara eternamente sonriente, nos recordó que, aunque resulte muy difícil, tú nos quieres ver alegres, disfrutando como tú hacías de todo aquello que te gustaba, que era casi todo, realmente. Porque como rezaba la pancarta que tus amigos desplegaron al final: “Tu eterna sonrisa brilla desde el cielo”.

No importa quién ganó el torneo, pero sí el gesto, uno más, de todos estos chicos, que en la entrega de premios se acordaron de mí, Jesús, de tu tío el... ya sabes qué; de tus queridísimos abuelos y, por descontado, de tus padres. Si es que tus amigos todavía van a tu casa para sentirte más cerca, para compartir recuerdos con los que ya consideran parte de su familia: Rafa y Pili.


Javi, Guille, Víctor, Barroso, Jaime, Alejandro, Juan Carlos, Alfonso, Álvaro, Quique y a muchos más. Wito vivirá en vosotros para siempre, porque, como vosotros contáis, Jesús no se fue sin antes haber unido y formado una familia numerosa de amigos. Yo aprovecho este rincón, porque el otro día la emoción me lo impidió, para agradeceros ese cariño tan sincero, tan de las entrañas, como las lágrimas desconsoladas de algunos cuando terminó un tributo tan especial. No sé cuántos amigos de verdad se pueden llegar a tener, pero que seáis tal cantidad de chicos y chicas los que no le soltáis la mano refleja cómo era Jesusito y el legado que nos regaló a todos.

Va por ti, Nuestro Ángel, que, conociendo tu pasión por el fútbol, seguro que el sábado fuiste uno más sobre el césped pidiendo la pelota. Y siempre lo serás en el campo y en nuestras vidas. Porque tú, Jesús, ya eres eterno.