Opinión

Pepe Castro, ¿marioneta?

Alejandro SáezAlejandro Sáez
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Pepe Castro, ¿marioneta?
- Alejandro Sáez
El "Pepe Castro, marioneta" se escuchó ayer en el Sánchez Pizjuán, donde la grada volvió a cargar las tintas contra el presidente del Sevilla Fútbol Club, quien parece tener la culpa del nombramiento de Trump, del cambio climático o de la muerte de Manolete.

El de Utrera es hoy por hoy el causante de todos los males en Nervión, convirtiéndose en el foco de todas las iras de la afición blanquirroja. Que el Sevilla lleva años recurriendo multas y pagando miles de euros en sanción, culpa de Pepe Castro; que Antiviolencia prohíbe la simbología 'Biris' por un sinfín de incidentes fuera y dentro del campo, culpa de Pepe Castro; los cierres, culpa de Pepe Castro; el adiós de Monchi, culpa de Pepe Castro; que el equipo no juega hoy a un pimiento, culpa de Pepe Castro; que Sampaoli no sabe dar con la tecla, culpa de Pepe Castro; que la grada no anima, y que sólo canta "Pepe Castro, marioneta", pues culpa suya también...

Y así hasta que usted se canse de encontrar -inventar- argumentos para tildar de "marioneta" al que, quizá, sea el mejor presidente de la historia del Sevilla Fútbol Club junto a Del Nido, al que en cierta manera iguala en títulos (tres Europa Leagues frente a dos UEFAS, dos Copas del Rey y dos Supercopas, una de Europa y otra de España), amén de un Sánchez-Pizjuán remozado y de una ciudad deportiva adecentada. Y es que en Nervión, para nada, se está siendo justo con el utrerano, seamos sinceros. Su sevillismo le hace trabajar como el mejor de los presidentes, a la vez que, también es cierto, le obliga a ser el peor de los relaciones públicas del que pudieran gozar hoy los de Nervión.

Incapaz de vender sus éxitos, los fracasos se le escapan de las manos hasta el punto de convertir en suyos los que ni siquiera lo son, estando en la memoria de todos su 'papelito' en salidas como la de Rakitic o Monchi. Y ahora, lidiar con Sampaoli y su futuro; una nueva 'gotera' que Pepe tendrá que tapar ante la presión del sevillismo. Yo, en su lugar, ya habría hecho las maletas y vendido. Que el Pizjuán, lleno de chinos, lo mismo empuja más al equipo. Y si no, pues que griten: '¡Malioneta!'