Daño, demasiado daño, hizo ayer el gol de Vardy. Un 2-1 que deja demasiado vivo para la vuelta en el King Power Stadium a un Leicester que durante ciertos momentos de partido demostró estar esperando la puntilla definitiva y que en ocasiones evidenció que podía salir goleado de Nervión.
Y es que el Sevilla, a pesar de que el marcador reflejara al final un escueto 2-1, fue en líneas generales muy superior anoche. Un equipo, el de Ranieri, que saltó pleno de complejos y encerrado atrás; un Leicester que en ocasiones no estuvo a la altura de una eliminatoria de octavos de final de Liga de Campeones y que, sorprendentemente, acabó demasiado vivo.
Varias son las ocasiones de gol de las que gozó el Sevilla, frente a una, la de Vardi, del Leicester. Un resultado corto, sí, pero que no deja de ser un triunfo para afrontar con moral el derbi de este sábado. El 14 de marzo, día de la vuelta, se antoja lejos. Ahora, el Betis.