En el Sevilla son conscientes de que uno de los grandes problemas que encontró
Eduardo Berizzo el año pasado es que
al centro del campo le faltaba fuerza y, tras hacerse con los servicios de
Ibrahim Amadou, está dispuesto a reemplazar la probable marcha de
Steven Nzonzi con más músculo. Por eso, y porque
Pablo Machín quiere resguardarse con jugadores fuertes y con dominio aéreo, en Nervión han puesto sus ojos en
Tiemoué Bakayoko, de 1,89 metros y 23 años.
El mediocentro
, por el que el Chelsea pagó 40 millones de euros hace un año, ya sabe de forma directa que el Sevilla está interesado en hacerse con sus servicios, ya que, tal y como ha podido saber
ESTADIO, desde el club nervionense se han puesto
en contacto con su entorno más próximo para conocer si estaría dispuesto a recalar en el Sánchez-Pizjuán. Y
la respuesta ha sido afirmativa.
La fórmula barajada es la de la
cesión con opción de compra, sin que las partes hayan avanzado en las posibles cantidades, ya que
Bakayoko tiene una conversación pendiente con Maurizio Sarri, el nuevo entrenador 'Blue', en la que
desea comunicarle su intención de buscar minutos en otro equipo, dado que en Stamford Bridge tendría que competir con
N'Golo Kanté y el recién fichado
Jorginho, por quien ha pagado
57 millones de euros. El entorno del jugador entiende que el encuentro jugador-entrenador se producirá
en Australia, donde los ingleses disputarán un amistoso el próximo lunes.
A priori,
el Chelsea no le va a negar la salida, aunque sí que podría anteponer una venta a una posible cesión. El caso es que Bakayoko quiere jugar en LaLiga y hacerlo en el Sevilla, y que habría que negociar el pago de su ficha, en el caso de acordarse el préstamo, ya que el ex del AS Monaco
percibe 6,7 millones de euros brutos por temporada y en Eduardo Dato estarían dispuestos a llegar
hasta unos 2,5 netos, como máximo. Es decir, que se trata de un posible fichaje en el que
aún queda tela por cortar.
Bakayoko no es tan de ida y vuelta como Amadou, sino
un pivote más posicional, entregado a apoderarse de balones, a ras de césped y por el aire. Ahora bien, ello no implica que no tenga un buen trato de balón (alcanzó un
86,2% de acierto en el pase durante la 17/18) o dotes para sortear la presión del rival con el balón en los pies.
Carlos Pérez3 min lectura