Tras mostrar en el Rayo Vallecano todo lo que se le intuía en las inferiores de la selección francesa,
Monchi se hizo con los servicios de
Gaël Kakuta en un verano en el que también llegaron
Immobile, N'Zonzi, Aspas, Llorente o Rami. El isleño tenía muchas esperanzas en el extremo, pero éste chocó desde un principio con un
Unai Emery que acabó empujándole a salir en enero. Kakuta se fue a China sin abrir la boca (tampoco la abrió durante el tiempo que estuvo en Nervión) y en silencio ha estado hasta este martes, cuando se ha quedado a gusto atacando al técnico vasco. Lo ha hecho en
France Football.
"No me adapté al entrenador.
Tiene una forma especial de trabajar que no me corresponde. Es muy particular en la preparación física. Trabajaba con cables, tirábamos de cargas con cinturones, con chalecos... Yo me doblaba y acumulaba lesiones. Eso no me venía bien. Emery es un entrenador que quiere controlar todo.
Él tenía sus principios y no quería adaptarse. Nunca he tenido problemas personales con él, pero sí con sus métodos. Hasta un cierto punto", comenzó diciendo el actual futbolista del Amiens, quien seguidamente profundizó en el asunto.
"Me puso de lateral izquierdo en un entrenamiento, supuestamente para trabajar diferente físicamente. Con eso
entramos en conflicto. Tenía la impresión que quería romperme.
Le dejé en su delirio. Otra vez, en un partido me puso de '6' (interior).
Gameiro me dijo que si me creía Makélélé. Me reí, porque era demasiado.
Servía de cobaya. No llegaba a encontrarme...
Cada día había algo. Luego me dijo que
no trabajaba lo suficiente. Sin embargo, había cogido un entrenador físico especial y un fisioterapeuta. Tan pronto como lo supo, me mandó a alguien que me dijera que ya no podía tratarme el club.
Me cerró la puerta en la cara. Algunos jugadores intentaron defenderme, pero no fue suficiente. Estaba disgustado", relata.
El día que le marcó al BetisY hay más: "Yo me quedaba cada fin de semana fuera de la lista de convocados.
Me estaba empantanando. Hasta un partido de la Copa del Rey, contra el Betis. No me citaba y, cuando vuelvo, entro y marco. Al día siguiente, Emery me llama, hablamos y me dice que algunas cosas no me salieron...
Él no me quería. También me acusó de ser
demasiado reservado, de no hablar lo suficiente con los otros. No pude encontrarme. Cada día había algo...".