El '
caso Vitolo' ha escocido mucho en la planta noble del
Sánchez-Pizjuán, donde muchos entienden que el club ha quedado retratado públicamente y ha dado muestras evidentes de debilidad ante la opinión pública después de que el presidente
José Castro anunciara de viva voz la renovación del canario, la cual nunca llegó a producirse. De ahí que no fuera una casualidad la dimisión de
Del Nido Carrasco como vicepresidente del club, dejando a
Castro a los pies de los leones y señalándolo aún más de cara al sevillismo.
Es decir, un semillero idóneo para intentar derrocar el actual régimen existente en
Nervión por parte de la familia
Del Nido después de que ya se haya intentado en más de una ocasión, cuando los éxitos deportivos del club (tres
Europa Leagues de forma consecutiva, así como tres clasificaciones
Champions) aconsejaran que lo apropiado era no cambiar lo que venía funcionando. Todo lo contrario que ahora, en la que partes interesadas en hacerse con el control del club vienen filtrando que el principal, y prácticamente único, culpable del adiós de
Vitolo es el utrerano, quien metió la pata y, con sus declaraciones, destapó una negociación que, de no ser así, se habría acabado cerrando horas después para sorpresa de un
Atlético de Madrid que, mientras buscaba financiación para hacerse con los 36 millones de su cláusula, se toparía con los 50 kilos que marcaría su nuevo contrato.
Una versión de los hechos que dista bastante de la ofrecida por el presidente en los medios oficiales del club y que habría servido a la familia
Del Nido y sus principales apoyos para haber ido consiguiendo adeptos y poner en duda la confianza depositada en
Castro por alguno de los miembros de su consejo. Una versión que desde el lado presidencialista niegan por completo a la redacción de este periódico, que ha tenido en bien pulsar ambos bandos.
Un auténtico asalto al poder a la planta noble del
Sánchez-Pizjuán que, según ha podido conocer
ESTADIO Deportivo, se está ya preparando y que hay intención de llevar a cabo en las próximas semanas, en las que se producirían noticias que harían temblar aún más la estabilidad social de una entidad, la sevillista, que últimamente no es ejemplo, precisamente, en dicha materia.
Cabe recordar que en 2015
José Castro y Del Nido Carrasco, presidente y vicepresidente del club por aquel entonces, firmaron un acuerdo por la estabilidad y gobernabilidad de la entidad sevillista por un periodo de tres años, estando aún en vigor; un acuerdo del que salió un nuevo consejo de administración formado por once personas, de las cuales seis eran designadas por el actual presidente,
José Castro, tres por el vicepresidente (recientemente dimitido)
Del Nido Carrasco y otras dos por
Rafael Carrión, accionista mayoritario a título personal que ya fue tanteado por la familia
Del Nido meses atrás y que ahora podría estar meditando su postura. Todo lo contrario que Roberto Alés (no tanto su círculo), quien, según aseguran a ED, sigue "a piñón" con
José Castro, quien lleva 22 años trabajando por el
Sevilla, cuatro de ellos como presidente, con un excelente bagaje en lo deportivo, amén de la remodelación del
Sánchez Pizjuán y la ciudad deportiva.
Filtraciones interesadas al margen, es evidente que la lucha por el poder en
Nervión se recrudece y que, con la libertad de
Del Nido (disfruta del tercer grado), se aceleran los acontecimientos al respecto. Una inestabilidad que perjudica al
Sevilla FC.