Nunca ha sido sospechoso de esconder sus colores. Desde que aterrizó en Nervión,
Vitolo siempre ha defendido su sentimiento por
Las Palmas. Y es por ello que se muestra apesadumbrado ante la posibilidad de que la afición que le idolatró le reciba con pitos este domingo, aún molesta por el
penalti que provocó en la primera vuelta.
“Por lo que he visto,
no me recibirán como otras veces, cuando corearon mi nombre y me pusieron la piel de gallina. Habrá gente que me recordará por aquella jugada y habrá algún pito, pero no puedo cambiarlo”, insistió ayer el canario en Radio Marca Gran Canaria.
El debate, por tanto, está servido. Tanto a través de las
redes sociales como en las encuestas lanzadas por los medios de la isla, la afición amarilla se divide entre los partidarios de los silbidos y aquellos que piensan que no se los merece, opción que de momento gana en el sondeo de La Provincia.
El protagonista, mientras tanto, no puede más que insistir en su
fidelidad a la UD. “No me arrepiento de que el
Sevilla ganase, pero sí de esa jugada, lo pasé muy mal. Ojalá me reciban bien, pero si no es así entendería el cabreo de la gente. Nadie me va a quitar que Las Palmas es el equipo de mi vida y
ojalá algún día pueda volver a la que es mi casa”.
Infancia amarillaAl mismo tiempo, Vitolo ha recordado vía Twitter con un vídeo su paso desde niño por Las Palmas: “Siempre es especial volver a la tierra que me vio nacer para jugar contra el equipo que me vio crecer”.