Cuando un jugador quiere irse, poco puede hacerse al respecto. Agradecerle sus servicios y adiós. Ese es el mensaje que
Monchi, director deportivo del Sevilla, ha explicado en más de una ocasión al respecto, siendo la última de ellas este verano, tras la salida de
Kévin Gameiro al Atlético de Madrid. Un futbolista al que la entidad nervionense, incluso, llegó a ofrecerle a última hora una renovación de contrato que igualaba a lo que percibiría en el Calderón; algo que resultó infructuoso, pues las razones del delantero galo poco tenían que ver con lo económico.
Gameiro quería ser importante con su selección y para ello salió del
PSG con destino a Nervión; un objetivo que, tras 67 goles y 17 asistencias como sevillista, rozó con los dedos sin conseguirlo, quedándose en puertas de la pasada
Eurocopa de Francia tras haber entrado a última hora en una lista 'B' como teórico recambio en caso de lesión de un compañero. Un anhelo que, a su juicio, era mucho más fácil conseguir como colchonero, jugando al lado de
Griezmann, al que tiene bien atado
Deschamps, seleccionador francés.
Y no se equivocaba el exsevillista, que ahora, con mucho menos protagonismo a orillas del Manzanares, tan sólo ha necesitado tres goles y tres asistencias para ser llamado por la 'Bleu', siendo titular el pasado viernes frente a
Bulgaria, donde, como ya demostró como sevillista, no faltó a su cita con el gol, firmando un doblete. Una experiencia que, pese a no ser nueva para él, había caído ya en el olvido del exsevillista, quien no partía de inicio con su país desde el 11 de noviembre de 2011, cuando jugó 59 minutos en la victoria por 1-0 de su país frente a
Estados Unidos. "Es un jugador muy interesante en sus movimientos. También trabaja para el colectivo y con Antoine (Griezmann) funcionó muy bien", dijo Deschamps tras el partido sobre un
Kévin Gameiro al que parecía acabar de descubrir, como si los 29 goles y siete asistencias conseguidos en los 52 partidos que disputó la temporada pasada como sevillista no hubieran sido suficientes para haberle hecho un seguimiento.
Un
Kévin Gameiro que, lógicamente, está disfrutando del momento, tras una "noche perfecta" en la que hizo lo que le "pidieron hacer". "Hay que seguir trabajando y tener lo que se da cuando el entrenador me dé tiempo para jugar. Tienes que dar todo y eso es lo que hice", añadió Gameiro, quien se "liberó" al conseguir algo que llevaba mucho tiempo "buscando" y que, hasta conseguirlo, no había sido "fácil" para su "cabeza". En fin... Cosas del fútbol.