Samir Nasri arribó el pasado verano al Sánchez Pizjuán con la clara intención de relanzar su carrera y el pasado sábado, en San Mamés, demostró que va camino de conseguirlo. De hecho, la actuación notable del franco-argelino fue el único aspecto destacado del plantel sevillista frente al Athletic Club en un encuentro en el que los de Sampaoli cayeron por 3-1 y en el que Nasri firmó su primer gol como sevillista, a la vez que destacó como organizador. Una actuación que quedó refrendada en sus estadísticas, siendo el futbolista que más pases con éxito realizó durante los 90 minutos de partido: 64, de un total de 70 intentos. O lo que es lo mismo, un 91% de acierto en el pase. Un papel que es aún más brillante si atendemos a los pases en el tercio superior del campo, donde más daño hacen. Parcela en la que el internacional galo realizó 19 de 23, siendo, también, el que más destacó en dicha faceta. Una papel protagónico que también le llevó a ser el futbolista que más dribló sobre el césped (3/6), abarcando mucho campo y dando muestras de su calidad.
Un Samir Nasri que no ha venido de paseo al Sánchez Pizjuán y que está haciendo méritos suficientes para que la afición sevillista vuelva a ser testigo del renacer de otra estrella, como ya viviera en su día con Éver Banega. Ganas, visto lo visto, no le faltan.