Jorge Sampaoli tiene un fruto prohibido que se llama
Marcos Rojo, central y lateral zurdo de 26 años del
Manchester United y la selección argentina, el defensa idóneo para su estilo, pero cuyo caché actual es demasiado alto para considerar que la operación sea accesible. Según pudo saber
ESTADIO, al nuevo entrenador sevillista le ha llegado la noticia de un posible cambio de aires del polivalente defensor -se habla de que está en la agenda del
Villarreal si vende a Musacchio- y quiere que el Sevilla juegue sus cartas.
Así, ha tirado de contactos en su país y ha pedido el
teléfono de Rojo para llamarle y convencerle de que en Nervión sería un jugador vital para él, puesto que es perfecto para ocupar el perfil zurdo en una defensa de tres o actuar como carrilero, aportando físico y un más que notable juego aéreo. No obstante, si bien desde el entorno del jugador apuntan a esta casa que es probable que
cambie de aires, pues no cuenta para
José Mourinho, son conscientes de la llamada de un asistente de Sampaoli y presentan dos escollos que el Sevilla tendría muy complicado salvar: uno, la intención del United de hacer caja con todos los descartes, incluido un Rojo por el que pagaron 20 millones de euros hace sólo dos veranos; y otro, que el bonaerense tiene aún tres años más de contrato con cuatro kilos anuales de ficha.
Sólo si aceptase
bajarse (mucho) el salario y presionar a su club podría empezarse a hablar de una posibilidad real. Eso, y que antes el Sevilla libere alguna de las
plazas de extracomunitarios que actualmente copan
Ganso, Kiyotake y un
Mariano con un futuro de lo más incierto.
El Sevilla ha puesto ya en manos de Jorge Sampaoli un total de seis refuerzos (Sarabia, Kiyotake, Kranevitter, Correa, 'Mudo' Vázquez y Ganso). Todos, del centro del campo en adelante. Al menos por el momento, el club no ha movido ficha en la defensa y se justifica alegando que no considera prioritario blindar una zona en la que ya están Rami, Carriço, Kolo Pareja y el canterano Diego González. Eso sí, si hay ventas...