No se tocará el tema, porque el Sevilla encara el momento más importante de la temporada, pero su delantera va a sufrir una gran reestructuración. Ni siquiera Gameiro, que gusta al Barça y que ha pedido a sus agentes que no le hablen del mercado mientras se esté jugando algo en Nervión, tiene su permanencia asegurada. No se cree que vaya a volver Ciro Immobile, ahora lesionado pero a buen nivel en Italia y con opciones de ir a la Eurocopa, donde podría seguir revalorizándose; Juan Muñoz, aunque es bastante pronto para él, podría salir cedido; y se piensa en la marcha de Fernando Llorente, cuyo rendimiento ha decepcionado en el propio club y en la grada.
El riojano, que tiene la ficha más alta de la plantilla blanquirroja junto con Konoplyanka, no está rentabilizando la gran inversión que ha realizado un Sevilla que, al menos, consiguió que llegase como agente libre, al renunciar el riojano a los dos años que le restaban con la Juventus. Fue una operación muy celebrada en la planta noble del Pizjuán y por el cuerpo técnico, que había dado el visto bueno a su llegada. Su pobre rendimiento y la elevada cantidad bruta que le paga el Sevilla por su ficha, sin embargo, llevarán al fin de la relación antes de lo esperado.