Unai
Emery ha encontrado en Éver
Banega el cerebro que demandaba para dar sentido al juego de ataque del Sevilla. El vasco ha sabido esperar al rosarino, que actualmente es uno de los jugadores más en forma del conjunto nervionense junto a
Vitolo o
Iborra. El ex del
Valencia ha ido completando un proceso de crecimiento durante la temporada cuya eclosión ha llegado en el momento clave de la temporada, cuando se deciden las cosas importantes.
Contra el
Elche, Banega volvió a dar una lección de dirección de juego. Por encima de los números -fue el jugador que
más pases acertados dio,
68 de 76, para una efectividad del
89%; el que
más regates completó,
4 de 6 intentos; dio
una asistencia, la del tercer gol, y generó el segundo con un pase que dejó solo a Coke- queda el poso de un futbolista que siempre eligió la mejor opción, que movió al Sevilla a su ritmo y que dio sentido al fútbol de ataque nervionense.
Otro dato que habla de su influencia es que fue el jugador que
más veces entró en contacto con la pelota (
94, casi 30 veces más que el siguiente), la gran mayoría en campo del Elche, lo que da más valor a sus intervenciones.
CompromisoAdemás, Banega demostró compromiso defensivo al
recuperar cuatro balones y ser el primero en la
presión junto a
Bacca cuando el Sevilla intentaba robar en campo contrario para iniciar el repliegue después en caso de que el Elche lograra superar esa primera línea de presión. El buen nivel demostrado contra los ilicitanos le hace ser firme candidato a repetir en el once contra el Villarreal, ya que la ausencia de
Krychowiak deja una vacante en la medular.