Lautaro Acosta, tras no encontrar sitio en el Sevilla y tras su paso por el Racing, encontró acomodo en uno de los grandes de su país:
Boca Juniors. Allí inició de forma prometedora el campeonato, gozando de la titularidad, adquiriendo peso específico en el equipo, demostrando que es un jugador de elite y llamando la atención de los técnicos del Sevilla, que no le han quitado ojo.
Sin embargo,
Carlos Bianchi, técnico xeneize, decidió sacarle del once y su peculiar forma de gestionar el equipo, casi sin rotaciones, ha provocado que Acosta se sintiese, como muchos de sus compañeros, molesto. Sin embargo, el cabreo del argentino tomó tintes monumentales cuando le enviaron a jugar con la Reserva, Dicho equipo es un filial a modo de la Premier. En Argentina, todos los equipos de Primera tiene uno y disputan una liga en paralelo entre ellos. Es más, cada encuentro se produce sólo unas horas antes del profesional. Su función, entre otras, es la de darle ritmo a los jugadores que salen de lesiones o que llevan demasiado tiempo sin jugar.
El pasado domingo, sin ir más lejos, Acosta integró el Reserva ante Belgrano, siendo el estilete de un grupo de juveniles, reforzados por varios profesionales. "Estoy con bronca y con ganas de jugar en Primera, yo
no vine para jugar en la Reserva", comentó el extremo aún sevillista.
El jugador, no obstante, confía en superar el bache, en lo personal y en lo colectivo. "De a poco vamos mejorando" y aseguró que la solución la va a dar las rotaciones: "El equipo necesita recambio, estamos jugando muchas competiciones".
La situación del jugador, si no cambia, augura un nuevo conflicto en el seno del club xeneize, que en estos momentos ya se encuentra bastante comprometido por la marcha deportiva del primer equipo.